RRHH Digital. El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, ha avanzado que España necesitará «lustros» de «moderación y sensatez salarial» para poder recuperar la productividad y acelerar la reactivación de la economía.
Así lo indicó durante el encuentro ‘Perspectivas KPMG‘, organizado por la firma de servicios y Europa Press, en el que avisó de que «la moderación salarial será la clave» de la reactivación económica.
En su argumentación, Gómez indicó que si los salarios reales crecen más que en Alemania, se perderá competitividad. «Esto es lo que no nos puede pasar», añadió, para añadir que, además, España mantiene un «histórico diferencial» de inflación con la UE.
En este sentido, consideró que la economía española «no está en condiciones de financiar una espiral salarial en los próximos lustros» y que habrá que construir un «esquema» de formación de sueldos, «no diametralmente diferente al actual», pero que evite que los salarios se «coman» toda los márgenes de productividad de las empresas, aunque también tenga en cuenta «el coste de la vida».
En este punto, aseguró que «luego vendrá la posibilidad de quedarse con toda la productividad entera», pero que hay momentos de adaptación en los que «hay que repartirla de forma consensuada».
MÁS FLEXIBILIDAD INTERNA
Además, el titular de Trabajo apostó por introducir a través de la negociación colectiva la «flexibilidad» de la que actualmente carece el mercado laboral y que ha supuesto el camino a futuro marcado por la reforma laboral.
En este sentido, llegó a decir que, aunque la reforma laboral ha sido rechazada de plano por los sindicatos, «debe tener un correlato en la forma de convenir la reforma de la negociación colectiva», que actualmente «favorece demasiado el despido», pese a que «es caro», apostando por la flexibilidad de las condiciones de trabajo.
«Son los agentes sociales los que tienen que hacer posible muchas de las cosas que la reforma laboral apuntaba sobre la flexibilidad interna», apostilló.
NO DA MUCHO TIEMPO A LOS AGENTES SOCIALES
Por otro lado, Gómez reiteró que el Gobierno confía en que patronal y sindicatos puedan cerrar un acuerdo sobre la reforma de la negociación colectiva, puesto que «hay condiciones para ello», y que «merece la pena tardar algún día o alguna semana más, pero no mucho más».
Según dijo, el Gobierno está dispuesto a ayudar «en la medida de sus posibilidades», por ejemplo a través «reformas pactadas en políticas complementarias» y en última instancia, si no hay acuerdo, legislará.
Sobre las preferencias del Gobierno al respecto, Gómez no quiso más que desvelar que «lo que no tendría sentido» es eliminar del todo la negociación colectiva provincial, aunque abogó por reducir su uso y concentrarlo en la empresa y a nivel sectorial, y apostar por las soluciones extrajudiciales de los conflictos laborales, como el arbitraje.
Asimismo, recordó que han cambiado «protagonistas» en el ámbito del diálogo social en los últimos meses, en clara referencia al presidente de la CEOE, Juan Rosell, y sugirió que se ha producido un cambio en las «pretensiones y actitudes» de los empresarios.
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