RRHH Digital. “El reto principal al que se enfrentan los Compliance Officers de las compañías en la actualidad es convertir un programa de lucha contra la corrupción, que surge como respuesta a las obligaciones legales, en un instrumento de competitividad dentro de una estrategia eficaz de sostenibilidad”. Así lo afirmó el Group Chief Compliance Officer de EADS, Pedro Montoya, en el acto de inauguración de la jornada “Combatir la corrupción desde las empresas” organizada ayer por EADS, Forética y Garrigues en la sede del despacho de abogados en Madrid.
“En un momento en el que la globalización puede resultar una estrategia empresarial ineludible, las empresas se enfrentan al riesgo de incurrir en conductas delictivas en su actividad exportadora”, remarcó Montoya, añadiendo que en la actualidad “el riesgo es más grave por el hecho de que hasta hace pocos años el pago de comisiones con fines ilícitos era una práctica consentida en todos los países europeos”.
Para el representante de EADS es importante el hecho de que “en pocos años se haya pasado de la incriminación de esas conductas a la exigencia de programas eficaces de prevención de la corrupción”. En este contexto, la figura del Compliance Officer debe aportar un plus de independencia y enfocarse en la evaluación y prevención de riesgos asociados al negocio, como la corrupción o las prácticas anticompetitivas, según el experto.
El acto inaugural de la jornada también contó con la participación del presidente de Garrigues, Antonio Garrigues, y la vicepresidenta de Forética, Yolanda Erburu. En palabras del presidente de Garrigues, “la corrupción es un reto a nivel nacional y mundial, y la solución pasa por establecer controles y, sobre todo, crear la necesidad de la transparencia. Cuanto mayor sea ésta, habrá menos conductas corruptas”.
La perspectiva jurídica
El socio de Garrigues Florentino Ortí fue el encargado de sentar las bases jurídicas explicando las implicaciones que tiene para las organizaciones la reforma del Código Penal que entró en vigor el pasado 23 de diciembre. A partir de esta reforma, las empresas pueden ser condenadas penalmente por la comisión de determinados delitos de manera autónoma a lo que pueda ocurrir con las personas físicas implicadas.
Ortí analizó las figuras delictivas que pueden ser más de aplicación en el ámbito de las empresas, como son el cohecho y la corrupción entre particulares. Desde el punto de vista de los despachos, la demanda de asesoramiento por parte de las empresas en materia de compliance está creciendo, lo que abre un área de negocio nueva para ellos, señaló el jurista.
La perspectiva empresarial
La reflexión en torno al nuevo marco regulatorio se complementó con una mesa de estrategias empresariales en materia anticorrupción, que contó con las experiencias prácticas de EADS, MSD y Siemens. En palabras del Director de Compliance de MSD, José Manuel Garcelán, “en un contexto como el de la industria farmacéutica, estrictamente regulado en todos sus ámbitos, las compañías del sector tienen que tener una cultura de cumplimiento fuertemente arraigada en las personas y en los procesos, apostando por una sólida e independiente organización interna de compliance, que tiene que tener el respaldo de la Alta Dirección”.
En este sentido, “el código de conducta de MSD desempeña un papel principal a la hora de combatir los posibles riesgos, al incluir los valores y normas en los que se basan la transparencia y credibilidad de la compañía”, señaló. “Una organización que cree en la ética es una organización distinta, que no sólo hace lo correcto, sino que hace que sus grupos de interés entiendan que hace lo correcto”.
Por su parte, el Compliance Officer de Siemens, Aurelio Pérez, detalló los tres pilares en los que se basa el programa de compliance desarrollado por su empresa en los últimos años: Prevenir, Detectar y Responder. Según Pérez, “la corrupción es un problema que afecta a la sociedad en general y que requiere la actuación colectiva de empresas, entidades gubernamentales y ONGs para que se puedan lograr avances
significativos”.
En su opinión, “el compliance tiene que estar integrado en los valores de la organización y en el negocio, por lo que importante integrarlo en el sistema de incentivos”. Sobre su implantación a nivel interno, Pérez destacó que el 80% de sus trabajadores ha recibido un programa de formación presencial en estos aspectos. Por su parte, el ex ministro y miembro del Consejo de Administración de EADS, Juan Manuel Eguiagaray, fue el encargado de clausurar el acto. Eguiagaray subrayó que “la corrupción no reduce sólo los ingresos fiscales, sino también la eficiencia
económica”.
El ex ministro hizo referencia a los últimos índices publicados por la organización Transparencia Internacional. “Desde 2008 España permanece en el puesto 30 en cuanto a transparencia en el ámbito económico y político a nivel mundial”. Según Eguiagaray, “los mecanismos de represión son ineficaces en la lucha contra la corrupción, el principal desafío radica en incluir mecanismos eficientes de denuncias –whistle blowing- dentro de las compañías, así como de rendición de cuentas”.
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