RRHH Digital. Las extensas jornadas de empleo, hacen que el tiempo libre sea un bien cada vez más escaso, equilibrar la vida familiar con la laboral resulta difícil, los padres no sólo llegan tarde a sus hogares, sino que también lo hacen sin ánimo o muy cansados, lo que resta aún más el tiempo para el diálogo con sus hijos o para jugar con ellos.
Específicamente, el rol del padre ha sido por siglos relacionado con el trabajo fuera del hogar, siempre dedicado a la oficina y en ocasiones alejado de la familia, mientras que el papel de la madre ha cambiado de manera significativa las últimas décadas, compatibilizando vida laboral y doméstica simultáneamente.
Al padre de familia se le ha asignado el papel de proveedor económico principal y control de autoridad, muy pocos son los que participan en las labores domésticas, atención, convivencia y educación de sus hijos, lo que ocasiona «ausencia de la figura paterna” y sin proponérselo crea en los hijos una fuerte carencia en su vida emocional-afectiva. Según recientes estudios, cuando los niños crecen sin haber compartido suficiente tiempo con sus padres, llevan esta añoranza hasta en adulto.
Afortunadamente en esta área, en los últimos años, se ha observado un padre más participativo, involucrado más en la crianza de los hijos y en su educación, aunque falta algo de camino que recorrer para que esta participación sea 100% efectiva.
Si eres un padre trabajador, Trabajando.es te entrega algunas recomendaciones para ser un buen padre, equilibrando lo dos mundos a los que perteneces.
Ser un buen proveedor. Estar ahí cuando lo necesiten y ser capaz de dar respuestas a las necesidades de la familia.
Ser uno de los ejes de disciplina en la casa, junto con la madre. Compartir y apoyarse en las reglas de autoridad sobre los hijos. Los papás muchas veces no están en casa por estar trabajando, eso puede significar hijos sin control y para disciplinar hay que tener autoridad moral.
Dar amor. Ser hombre no significa ser una persona incapaz de demostrar amor. Deben decirles a los hijos lo importante que son y cuánto los quieren.
Inculcarle buenos valores. Educar a los hijos con buenos valores sociales, vinculados a la moral y a la ética, de manera que éstos tengan una buena desenvoltura tanto en el hogar como en su círculo de relacionados.
Saber separar la función de profesional con la de ser padre. Los padres deben trabajar, pero sin afectar su relación familiar, de manera que pueda compartir con sus hijos y estar con ellos en sus momentos importantes: montar bicicleta con ellos, acompañarlos en los actos del colegio, llevarlos al médico, estar presentes el día de sus cumpleaños, etcétera.
Javier Caparrós, Director General de Trabajando.es , señala que, “desde siempre el hombre se ha enfocado en ser un buen proveedor para su familia, y con la incorporación de la mujer al mercado laboral ha empezado a compartir con ella la manutención de la familia, eso sí, muy pocos hombres compensan los nuevos cambios en las finanzas familiares con más tiempo con sus hijos: para educarlos, darles amor y protección. Los hombres debemos ayudar a nuestra familia de alimento y abrigo, pero también debemos proveerla de cuidado, respeto y amor… y sobretodo tiempo”.
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