RRHH Digital. La movilidad laboral se ha convertido para muchas personas en una oportunidad profesional. Así lo asegura el 65% de los trabajadores españoles, que estarían dispuestos a cambiar de residencia para conseguir un empleo, según el IV Estudio de Movilidad Laboral de Randstad, realizado a 1.000 personas durante el mes de enero de 2011. Este dato supone un incremento del 3% frente a los datos registrados por la empresa líder en soluciones de recursos humanos durante el año pasado.
En este contexto laboral, esta cifra es significativamente superior si contestan a esta pregunta personas que actualmente no tienen empleo, ya que alcanza el 68% de los encuestados, el mismo porcentaje que en 2010. Por su parte, seis de cada diez españoles activos laboralmente estarían dispuestos a cambiar de ciudad por un motivo profesional, lo cual demuestra el grado de preocupación que existe entre los ciudadanos que no se encuentran en el paro, ya que esta percepción ha subido seis puntos porcentuales respecto a los datos obtenidos durante el año pasado hasta colocarse en el 60%.
La movilidad geográfica ofrece un valor añadido a empresas y candidatos. Permite a los trabajadores acelerar su curva de aprendizaje, contar con un interesante bagaje cultural y desarrollar aptitudes que en el futuro pueden poner en práctica en su vida laboral. A las empresas les ayuda a contar con recursos especializados con mayor rapidez en respuesta a la demanda. La alta especialización que se requiere para algunos proyectos y la escasez de determinados perfiles requiere esta movilidad, al tiempo que abre más oportunidades a los especialistas.
Por su parte, el informe elaborado por Randstad traza una radiografía de la movilidad laboral en España y asegura que los hombres son más proclives a cambiar de ciudad para conseguir un empleo (69%) que las mujeres (61%). En cualquier caso y respecto a 2010, el informe incide en un incremento en las perspectivas de estas últimas frente al de los varones, ya que esta percepción ha registrado un aumento del 5% frente al descenso de un 1% de los hombres.
Esta situación se ve influida por distintos motivos. Los hombres siguen sufriendo en mayor medida la crisis y son conscientes de que las ofertas laborales se han reducido en los últimos tres años. Por otro lado, las mujeres cada vez dan más importancia en su vida al desarrollo profesional y de ahí la variación que ha registrado este año el informe de Randstad en este apartado.
Los más proclives al cambio son los jóvenes de entre 25 y 34 años
El IV Estudio de Movilidad de Randstad también analiza la percepción que tienen los españoles en esta materia en función de la edad y destaca que los jóvenes de entre 25 y 34 años son los más dispuestos a cambiar de ciudad para conseguir un empleo (70%). En el lado opuesto de la balanza, se sitúan los españoles con edades comprendidas entre los 45 y los 65 años de edad (39%), segmento de edad tradicionalmente más reacio a desplazarse por motivos laborales y que se refrenda con un descenso del 2% respecto a 2010.
La formación influye en la movilidad
En cuanto al nivel de formación, destaca el amplio consenso que existe en todos los grupos analizados para cambiar de ciudad en aras de conseguir un trabajo. Los más dispuestos son los universitarios (71%) y las personas que cursan bachillerato (70,5%), mientras que las personas sin estudios contestan afirmativamente a esta respuesta sólo en un 57%. De hecho, destaca el incremento registrado por los dos primeros, ya que suben cuatro y catorce puntos porcentuales respectivamente, mientras que el grupo de personas sin estudios ha obtenido un descenso de un 10% respecto a 2010.
Los inmigrantes se mueven, pero menos
El informe de Randstad también estudia este comportamiento en función de la nacionalidad y asegura que los inmigrantes (69%) muestran una mayor disposición que los españoles (66%) a progresar gracias a la movilidad laboral. Cabe destacar el descenso significativo que se registra en la percepción de los inmigrantes, ya que se obtiene un descenso de doce puntos porcentuales respecto a la muestra de 2010.
Los inmigrantes en general se caracterizan por su alto nivel de movilidad, ya que ya se encuentran desplazados de su lugar de origen y priman las condiciones económicas al arraigo al lugar. Sin embargo, esta movilidad ya se ha producido en la mayoría de los casos, lo que significa que aquellos trabajadores extranjeros que no están dispuestos a moverse por un empleo son los más arraigados y su nivel de movilidad es prácticamente similar al de los nacionales.
En el caso de los trabajadores españoles la tendencia es al alza. Se observa un aumento de un 8% que permite reducir sustancialmente la brecha que existía el año pasado, ya que en la actualidad no hay apenas diferencias entre la percepción de ambos segmentos sociológicos.
Perfil de la persona móvil
El IV Estudio de Movilidad de Randstad también establece una radiografía del perfil de la persona móvil, ya que se trata de un varón de entre 25 y 34 años y que cursa estudios universitarios. En este punto radica una de las diferencias más llamativas, puesto que el año pasado incluía un perfil formativo bajo o incluso sin estudios. Este hecho, permite detectar los cambios de tendencias que se dan en la sociedad española y que provocan que los jóvenes españoles en edad de postgrado vean su futuro laboral con peores perspectivas que en años anteriores.
El concepto de movilidad está cambiando en España en función de la realidad que ha ofrecido durante los últimos años este informe de Randstad. Pero pese a que la situación económica actual ha modificado sustancialmente este concepto en nuestro país, seguimos estando muy lejos en esta materia respecto al resto de países de nuestro entorno.
Los canarios, catalanes y valencianos, los que menos se mueven
En el análisis por comunidades autónomas, destaca que los trabajadores menos móviles son los canarios, catalanes y valencianos, ya que son quienes en mayor medida trabajan en la misma comunidad en la que nacieron (INE, 2009). En los tres casos, al menos nueve de cada diez siguen trabajando en la misma ciudad en la que nacieron.
Por el contrario, los profesionales más móviles son los nacidos en Castilla y León y Extremadura, donde cuatro de cada diez personas tienen que cambiar de ciudad para trabajar, seguidos de los nacidos en Castilla-La Mancha, donde se mueven de ciudad tres de cada diez personas.
1 comentario en «El 68% de los parados estaría dispuesto a cambiar de ciudad para obtener un empleo»
El problema es que la perversidad del sistema que nos hemos creado lo impide, porque a diferencia de los paises más avanzados los trabajodores no son libres de mejorar o mantener su posición laboral a cambio de un traslado. Están atados por una hipoteca eterna al lugar donde tienen su vivienda y como no hay mercado inmobiliario tampoco la pueden negociar…. en el pecado se lleva la penitencia
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