RRHH Digital. Francisco González comenzó su intervención en la Junta General de Accionistas con una descripción del entorno económico y financiero. En 2010, la economía global ha registrado una fuerte recuperación, con un crecimiento cercano al 5%. Las economías emergentes han vuelto a ser los motores, mientras que el avance de los países desarrollados ha sido mucho más moderado. Las turbulencias financieras han alcanzado al área euro, afectando duramente a los llamados países periféricos, especialmente a Grecia e Irlanda.
“A pesar de este entorno difícil y complejo en Europa, BBVA ha cerrado un buen ejercicio 2010”, destacó. El resultado atribuido ha crecido un 9,4% hasta alcanzar los 4.606 millones de euros, debido a una buena gestión de ingresos y costes. Asimismo, han mejorado de manera generalizada los indicadores de riesgo más importantes, como la mora, que ha bajado al 4,1%, “lo que nos diferencia y demuestra lo acertado del ejercicio de anticipación que hicimos en el cuarto trimestre de 2009”, dijo. Además, BBVA ha reforzado su solvencia, alcanzando un ratio de core capital de 9,6%, tras la ampliación de capital que se cerró el pasado mes de noviembre. En definitiva, afirmó que “BBVA sigue siendo una de las entidades financieras más sólidas del mundo; una de las únicas cuatro grandes entidades financieras a nivel mundial que mantienen el rating AA”.
El presidente de BBVA enfatizó que “en 2010 hemos dado pasos muy importantes para impulsar nuestro crecimiento futuro”. Se refirió a la adquisición del 24,9% del banco Garanti en Turquía; en China, al incremento de la participación en China Citic Bank hasta el 15% y el desarrollo de proyectos conjuntos en banca privada y financiación de automóviles; a la entrada en la India, con un proyecto de creación de una empresa conjunta en el segmento de tarjetas de crédito con Bank of Baroda; y a la adquisición de Crédit Uruguay, que convierte a BBVA en el segundo banco del país suramericano.
A continuación, señaló que este buen resultado permite proponer a la Junta una retribución total por dividendo de 0,42 euros por acción. Como novedad, BBVA ofrece la posibilidad de cobrar en acciones o efectivo, a elección del accionista, los pagos de abril y octubre.
En cuanto a las perspectivas en 2011, estimó un crecimiento global del orden del 4,4%, con Asia y Latinoamérica como principales motores de la economía mundial, e incertidumbres en Europa, centradas en la sostenibilidad de su deuda y la salud de sus sistemas financieros nacionales. En este sentido, pidió mejorar el actual mecanismo de rescate, ampliar su importe y flexibilizar las fórmulas de ayuda.
En España, destacó los pasos dados para corregir las deficiencias estructurales más importantes y recuperar la confianza de los mercados. Así, mencionó el proceso de consolidación fiscal, que ha permitido cumplir los objetivos de reducción del déficit público en 2010; la reforma de las pensiones; las medidas en el mercado de trabajo, a su juicio insuficientes por el momento, así como el acuerdo social para avanzar en la reforma laboral; y la reestructuración de las cajas de ahorro. Respecto a este último punto, afirmó que “para recuperar la confianza en la economía española es imprescindible completar con rigor y con rapidez su proceso de reestructuración. Necesitamos entidades más solventes y con mecanismos de control adecuados para recuperar la capacidad del sistema financiero español de financiar a la economía real de manera sostenible”.
También subrayó la necesidad de impulsar el crecimiento económico. “Nuestro país no crece lo suficiente. Y no podemos continuar así, con 4,7 millones de personas sin empleo y una tasa de paro juvenil de casi el 43%”. En su opinión, “toda la clase política, de todos los partidos, todos los agentes sociales, todos los ciudadanos, hemos de corregir los errores pasados y reaccionar rápidamente y con decisión”.
Reformas en España
El presidente de BBVA se mostró optimista. “España tiene los recursos para superar esta fase crítica y podemos hacerlo si nos concentramos en lo esencial. Debemos ejecutar rápidamente las medidas ya tomadas e impulsar un plan estratégico de modernización, con todas las reformas que sean necesarias, para asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas, generar suficiente crecimiento, eliminar el desempleo y mejorar nuestra competitividad”.
Para terminar, reflexionó sobre el futuro de la industria financiera y el posicionamiento de BBVA. A su modo de ver, existen tres fuerzas que van a cambiar la configuración del sector: el nuevo entorno regulatorio, el desplazamiento del peso económico desde los mercados desarrollados a los emergentes, y la tecnología. Estos factores configurarán un nuevo mapa bancario más concentrado, con menos entidades, pero más eficientes, que ofrecerán productos más sencillos, distribuidos por todo tipo de canales a precios unitarios más bajos.
La nueva regulación del sector bancario –con límites al apalancamiento, mayores exigencias de capital y liquidez, y fuertes inversiones para mejorar los sistemas de riesgos- presionan sobre la rentabilidad de los bancos, pero reducen los riesgos del conjunto del sistema y ponen freno a prácticas temerarias que han causado un gran daño a la economía mundial.
Por otro lado, la distribución del crecimiento económico mundial está cambiando hacia los países emergentes –denominados EAGLEs-, donde BBVA tiene «una posición envidiable», especialmente en México, China y, próximamente, Turquía.
Por último, la tecnología afecta directamente al negocio bancario, tanto a los procesos internos de fabricación, como al diseño de los productos, su precio y la manera de venderlos a los clientes. Ante todos estos cambios, explicó que “BBVA lleva ya años trabajando con visión de futuro”.
En definitiva, concluyó que “2010 ha sido un año difícil en España y 2011 también lo va a ser. Sin embargo, BBVA sigue generando resultados recurrentes, está sentando las bases para seguir creciendo y se posiciona de manera diferencial en la nueva industria del futuro”. Para Francisco González, “sólo los que seamos capaces de abordar esta transformación, como BBVA, podremos participar en la industria financiera del siglo XXI; una industria que creará valor, facilitará la vida de las personas e impulsará el crecimiento y el desarrollo”.
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