RRHH Digital. El sistema de Comunicación de Enfermedades Profesionales de la Seguridad Social (Cepross), que alerta cuando hay riesgo de enfermedad profesional en las empresas, redujo el número de avisos en un 40,4% entre su puesta en marcha en 2008 y 2010, según ha informado en rueda de prensa el secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado.
Concretamente, un total de 131 empresas superaron los límites de siniestralidad en 2010 –frente a las 164 de 2009 y las 220 de 2008–, de las que 31 se localizaron en Cataluña, otras 24 en Navarra y 19 en Galicia. Por el contrario, Canarias (1), Cantabria (4) y Castilla-La Mancha (4) presentaron el menor número de alertas.
Según Granado, el hecho de que Cataluña o Navarra tengan niveles más altos de avisos no se debe necesariamente a que presenten mayores niveles de siniestralidad, sino a que están haciendo un mejor trabajo de prevención. «No es un cuadro representativo de la magnitud del problema, sino del trabajo de la administración», afirmó, aunque no ocultó que «es un desastre que haya tanta enfermedad profesional en España».
Así, aunque admitió que la precarización de las condiciones de trabajo propia de los tiempos de crisis suele llevar a una mayor siniestralidad laboral, Granado resaltó también que los partes con baja comunicados por las mutuas a través del Cepross se redujeron desde los 11.400 en 2007 a los 9.648 en 2009, mientras que aquellos sin baja aumentaron de los 5.418 a los 7.139 partes en igual periodo.
Por otro lado, de las 629 actividades económica catalogadas, 59 son las que presentan mayor prevalencia de enfermedades profesionales, siendo las de más riesgo las actividades hospitalarias, las de procesado y conservación de carne y las de fabricación de vehículos de motor y otros componentes. Por tipo de actividad, las que concentran mayor número de alertas son las causadas por agentes químicos.
En conclusión, el secretario de Estado de Seguridad Social señaló que este sistema de prevención «está funcionando muy positivamente» y que será ampliado próximamente a las enfermedades del trabajo, como el estrés o los infartos, que, según dijo, «multiplican por ocho o nueve» a las patologías profesionales.
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