Recursos Humanos Digital. El 70% de los empleados españoles considera que su trabajo no es flexible para conciliar vida personal y trabajo, según informe ’10 años de Conciliación en España (1999-2009)’ realizado por el Centro Internacional Trabajo y Familia del IESE Business School, que refleja que la lucha por la conciliación en Europa sigue siendo «monopolio» de las mujeres.
El estudio ha analizado a 5.000 empresas y recoge los avances que se han producido a lo largo de los últimos 10 años, las buenas prácticas de las empresas en España y las medidas de conciliación que se están adoptando en los países de la Unión Europea. Así, pone de manifiesto que la «importancia» de la flexibilidad, tanto en el tiempo como en el espacio.
En ese sentido, los resultados reflejan que éstas son las políticas «más demandadas» por los empleados, a pesar de que algunas empresas se resisten a generalizarlas. Sin embargo, los datos indican que, a pesar de que todavía queda mucho camino por recorrer, «se ha avanzado mucho en este terreno».
Una de las autoras del informe, Nuria Chinchilla, ha señalado que la Ley de conciliación o la Ley de Igualdad, generan, en algunos casos, un «efecto boomerang» contra las mujeres. Por ello, ha explicado que «mientras que no haya un apoyo que incentive a las empresas será difícil evitar la discriminación por la maternidad». Así, considera que «hay que acoplar la ley para que se ayude a las empresas».
Igualmente, ha resaltado que «lo que de verdad ayuda a que el trabajo no se convierta en un obstáculo para el desarrollo del proyecto personal es el convencimiento de los empresarios». Además, el informe muestra que el aumento de tasa de dependencia derivado de la creciente esperanza de vida y la baja natalidad hace «todavía más necesaria» la conciliación.
El informe muestra que también la igualdad es «una asignatura pendiente», ya que en 2009 del 18 por ciento de la población activa europea que trabajaba a tiempo parcial, el 31 por ciento eran mujeres frente al 8 por ciento de hombres. En ese sentido, indica que incluso los Gobiernos ponen un «tono femenino» a la conciliación, mientras que es obligación compartida la de cuidar a los hijos o personas dependientes.
Chinchilla ha explicado los tres retos y soluciones para solventar esta situación de cara al futuro; plantear las relaciones de trabajo y familia como una fuente de beneficio mutuo y no de conflicto; valorar el beneficio que se deja de percibir cuando no existen políticas empresariales flexibles; y reorientar el concepto y el valor del tiempo en el trabajo.
Del mismo modo, ha recordado que en países como Holanda, Francia, Alemania, Suecia o Noruega, la racionalización de horarios ha hecho posible una mayor incorporación de la mujer al mundo laboral, el aumento del índice de fertilidad y de productividad en relación con el número de horas trabajadas.
Finalmente, el director general de The Family Watch, Ignacio Socías, ha señalado la «importancia» que tiene adoptar datos que ayuden a conocer mejor a la familia y apoyarla con «más eficacia». Además, ha apuntado que la familia tiene un papel social «determinante» para salir de la crisis económica y para afrontar los retos demográficos y éticos que el futuro plantea.
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