RRHH Digital. La mayoría de los empleados de Mirafiori, la histórica planta de Fiat en la ciudad italiana de Turín, aprobaron el acuerdo que endurece sus condiciones de trabajo, del que dependía la supervivencia de la fábrica.
«El ‘sí’ se impuso», declaró este sábado por la mañana a la AFP una fuente sindical. Queda por escrutar una urna, pero matemáticamente ha ganado el sí. Una vez escrutado más del 90% de las papeletas, el sí se imponía con un 54,3% de votos, según los medios de comunicación locales.
La votación de los 5.431 asalariados de la fábrica, que empezó el jueves a las 22h locales, concluyó a las 19h30 del viernes. Exceptuando la Fiom (brazo metalúrgico de la CGIL, primer sindicato del país, que denunciaba un «chantaje»), todos los sindicatos firmaron el acuerdo el 23 diciembre y estaban a favor del sí.
«Son ante todo los empleados de Mirafiori quienes ganaron (…) Su madurez y su sentido de la responsabilidad salvaron decenas de miles de empleos», se congratuló Giovanni Centrella, responsable del sindicato UGL. A cambio de la aprobación del plan, FIAT (F.ITFIAT
8,330 +0,54% +0,05
Última noticiaLa plantilla de Fiat en Turín acepta endurecer sus condiciones de trabajo Ver más resumen noticias perfil gráficos histórico )se comprometió a invertir más de mil millones de euros con su socio estadounidense Chrysler para producir hasta 280.000 Jeep y Alfa Romeo por año.
Si hubiera ganado el no, la planta se habría encaminado a un cierre por falta de nuevos modelos y estos vehículos se habrían fabricado en Estados Unidos o en Canadá. Este acuerdo, que prevé un contrato específico para los obreros de Mirafiori independiente del convenio colectivo de la metalurgia, da un vuelco sin precedentes en Italia.
Introduce la posibilidad de que la fábrica funcione las 24 horas del día y hasta seis días semanales y la reducción de las pausas, además de triplicar el número máximo de horas extras hasta 120 anuales. En definitiva endurece las condiciones laborales en Mirafiori.
Establece además sanciones en caso de ausentismo «anormal» o huelga contra el acuerdo y prohíbe que haya delegados en la planta, el punto quizás más controvertido y que Fiom se niega por completo a aceptar. Pero los salarios aumentarán hasta 3.700 euros brutos anuales gracias al trabajo nocturno y a las horas extras.
Un referéndum sobre un acuerdo similar en la fábrica de Pomigliano (sur) en junio había recibido una adhesión del 62%, pero la nueva votación suscitó más interés debido a que Turín es la ciudad de Fiat y Mirafiori, su corazón industrial.
Apoyado por el gobierno, el empresariado y una parte de la izquierda, el acuerdo de Mirafiori dividió profundamente a Italia. Señal de ello es la aparición de estrellas rojas, símbolo de las Brigadas Rojas, en los muros de varias ciudades italianas en los últimos días.
El jefe del gobierno, Silvio Berlusconi, defendió personalmente el sí, por considerar que si ganaba el no las empresas «tendrían buenos motivos para irse a otros países». Para el jefe de Fiat, Sergio Marchionne, que quiere convertir Fiat-Chrysler en un gigante mundial del sector automovilístico, este tipo de acuerdo es indispensable para que las empresas italianas sean más productivas y dejen de perder dinero.
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