Recursos Humanos Digital. La tasa de paro en el colectivo de personas con discapacidad alcanzó el 16,3 por ciento en 2008, frente al 11,3 por ciento de la población en general en el mismo periodo, según datos extraídos de la Encuesta de Población Activa y de la Base Estatal de Personas con Discapacidad correspondientes al año 2008, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
La encuesta también revela una mayor incidencia de la tasa del paro en las mujeres con discapacidad (19,4 por ciento) frente a los varones (14,6 por ciento), al igual que ocurre en la población sin discapacidad (13,0 por ciento frente a 10,1 por ciento), a pesar de que existe un mayor porcentaje de hombres con discapacidad en edad laboral que mujeres (55,8 por ciento frente al 44,2 por ciento).
Por edades, la tasa de empleo masculina de 16 a 64 años con certificado de discapacidad era del 32,8 por ciento, superior en 10,8 puntos a la de las mujeres. Además, independientemente del género, la encuesta refleja que la inactividad aumenta a medida que crece la edad ya que, en 2008, alcanzó al 72,1 por ciento de la población con discapacidad de más de 44 años.
Además, las discapacidades asociadas a deficiencias auditivas y visuales eran las que presentan mayores tasas de actividad (56,9 por ciento y 45,3 por ciento, respectivamente), mientras que las asociadas a deficiencias mentales e intelectuales presentaban las menores (19,9 por ciento y 26,9 por ciento, respectivamente).
Asimismo, la tasa de actividad en el colectivo de personas con grado de discapacidad inferior al 45 por ciento se situaba en 2008 en el 56,6 por ciento, mientras que para las personas con discapacidad de grado mayor o igual al 75 por ciento descendía hasta el 17,8 por ciento.
Por otro lado, en el año 2008, un total de 873.000 personas, de edades comprendidas entre los 16 y los 64 años y residentes en hogares, tenían certificado de discapacidad, lo que supone el 2,8 por ciento de la población en edad laboral. Además, este colectivo contaba en 2008 con una tasa de actividad del 33,5 por ciento, frente al 74,9 por ciento de la población sin discapacidad.
La encuesta también refleja que el 90,5 por ciento de las personas con certificado de discapacidad que recibían alguna pensión eran calificados de «inactivos», un porcentaje que se sitúa en el 66,1 por ciento de las personas con discapacidad que residen en un hogar con ingresos.
INDEFINIDOS Y CON ESTUDIOS
En cuanto a la ocupación, el 86,8 por ciento de las personas con discapacidad que trabajaban en el año 2008 lo hacían como asalariados, de los que un 75,3 por ciento tenía contrato indefinido.
La mayor estabilidad en los contratos para el colectivo de personas con discapacidad se daba entre la población masculina (78,5 por ciento de indefinidos) y con edades superiores a los 24 años (76,5 por ciento). Además, el 86,2 por ciento de los ocupados con discapacidad trabajaba a jornada completa.
Por sectores, el 74,5 por ciento de los ocupados con discapacidad desempeñaba su actividad en el sector Servicios y, respecto al nivel de estudios, un 76,8 por ciento tenía estudios de secundaria y superiores, 10,7 puntos más que la población sin discapacidad.
Por comunidades autónomas, las que presentaban en 2008 mayores tasas de actividad eran La Rioja (44,1 por ciento) y Región de Murcia (40,9 por ciento) mientras que las comunidades con mayores tasas de inactividad eran Canarias (79,8 por ciento), Principado de Asturias (73,2 por ciento) y Andalucía (70,4 por ciento).
DISCAPACIDADES MÁS COMUNES
La encuesta del INE también recoge los tipos de discapacidad con mayor incidencia sobre la población en edad laboral, entre las que destacan las asociadas a la deficiencia osteoarticular (18,5 por ciento) e intelectual (17,6 por ciento), frente a las deficiencias del sistema digestivo, metabólico y endocrino (4,0 por ciento) y del sistema auditivo (5,3 por ciento).
Por otro lado, las deficiencias del sistema cardiovascular, respiratorio e inmunológico aparecían con mayor frecuencia en la población masculina (63,2 por ciento frente a 36,8% de mujeres) mientras que la deficiencia de trastorno mental era la más correlacionada con la edad y sexo, con una incidencia del 73,2 por ciento sobre los hombres de edades comprendidas entre 16 y 24 años, frente al 28,6 por ciento de mujeres del mismo grupo de edad.
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