RRHH Digital. Un año más llega el momento de la reunión de objetivos con nuestros superiores y la revisión de nuestro sueldo. Y por tercer año consecutivo, esta negociación tiene lugar en un contexto de crisis económica y aumento del paro. Aún así, Adecco ha propuesto a más de 1.000 profesionales elaborar su propia carta de peticiones para su jefe, como si de la carta a los Reyes Magos se tratara. A través de su Encuesta ¿Qué le pedirías a tu empresa por Navidad?, la empresa líder en gestión de recursos humanos ha elaborado el siguiente estudio sobre cuáles son las preferencias de los trabajadores con respecto a las condiciones laborales en su empresa. Aprovechando unas fechas en las que todos nos planteamos cómo mejorar diferentes aspectos de nuestra vida, Adecco ha querido averiguar cuáles serían las expectativas y las condiciones de trabajo ideales para este nuevo año según los profesionales españoles.
No cabe duda que en los tiempos que corren, son pocos los trabajadores que esperan un aumento salarial para el próximo año (menos del 10% de los encuestados), y que para casi el 40% de los trabajadores una subida del sueldo sería el mejor regalo de estas Navidades. Pero cabe destacar que para el 60% restante, el aspecto pecuniario no es el más valorado, sino que también existen otros como la formación, la flexibilidad horaria o un ascenso, que serían los mejores regalos en un momento de crisis como el actual. Por último, una vez hecha la carta a los Reyes Magos, Adecco ha pedido a los encuestados que se propusieran a ellos mismos sus propósitos para con su empresa en el nuevo año. Toda una declaración de buenas intenciones que va desde el compañerismo a la puntualidad.
El 63% cree que no habrá aumento de sueldo por tercer año consecutivo
Por tercer año consecutivo, más del 60% de los encuestados no cree que vaya a tener una subida de sueldo el próximo año. En concreto, este año el 63% de los trabajadores así lo ha manifestado, mientras que el 8,8% sí que espera un incremento salarial y el 24,1% no está seguro de qué sucederá con su retribución. Está claro que la crisis es la causante de estas frustrantes expectativas de los profesionales en cuanto a políticas retributivas se refiere. No obstante, hay que destacar que los trabajadores son conscientes de la delicada situación económica que atraviesan sus empresas y en general el país, y por ello, en sus cartas de Navidad, tres de cada cuatro no pedirían a sus jefes un aumento de salario unilateral.
Así, un 43,4% de los encuestados pedirá una subida de sueldo en función de los objetivos de la empresa. Es decir, casi la mitad de los trabajadores parecen estar comprometidos con los logros de su empresa y apuestan por un aumento de la retribución variable debido a las circunstancias económicas actuales: si la empresa gana, yo gano. Incluso, un 32,8% de los encuestados negociaría con su superior mantener su salario hasta que mejore la situación, y sólo un 23,8% pedirá un aumento de sueldo incondicional, al margen de la situación de su empresa.
La formación gana posiciones en la carta a los Reyes Magos
Para casi el 40% de los encuestados, un aumento de sueldo sería el mejor regalo de Navidad por parte de sus empresas, pero para el 60% restante habría otros regalos más importantes que pedir para el año que viene. Entre los encuestados que opinan que el sueldo no es el único factor de motivación a la hora de mejorar las condiciones laborales en su empresa, el 21,7% cree que la formación sería el mejor regalo para este año. Y es que los trabajadores saben que la formación es un elemento diferenciador para seguir creciendo dentro de la compañía y además, aumenta su empleabilidad y competitividad en caso de quedarse en paro. Es por ello, por lo que esta opción ha aumentado de forma importante de un año para otro: mientras el año pasado un 15,3% opinaba que la formación sería el mejor regalo de Navidad de su empresa, este año lo asegura un 21,7%.
Otra de las recompensas más apreciadas por los trabajadores este año es la flexibilidad laboral, para el 16,1% de los encuestados, y un ascenso profesional para el 14,3%. Ambas recompensas han descendido con respecto al año pasado, a favor de la formación, principalmente. Aún así, son porcentajes nada desdeñables que muestran cómo también hay estímulos no retributivos que tienen un alcance motivador muy alto para los empleados.
Para aquellos que no tendrán la posibilidad de negociar su sueldo, Adecco les ha propuesto una lista de beneficios sociales por anotar en su carta a los Reyes Magos. Estos beneficios pueden ser otra forma muy válida de recompensar en especie a los trabajadores. De nuevo, la formación sobresale como la mejora más valorada entre todos los encuestados (con una puntuación 628 puntos), seguida por el seguro privado médico (461 puntos) y los cheques comida, con una valoración muy alta de 360 puntos, pero que supone casi la mitad que la dada a la formación.
En un momento como el actual en el que se está debatiendo la reforma del sistema de pensiones, los trabajadores valoran con una puntuación también muy elevada (341 puntos) los planes de pensiones como retribución en especie. Con valoración por debajo de los 300 puntos, se sitúan los descuentos especiales a empleados en ocio, cultura y consumo (295 puntos), coche de empresa (273 puntos) y ayudas económicas para la educación de los hijos (248 puntos), entre otros beneficios en especie.
Un 1,2% pediría un cambio de jefe y un 11,8% reclama la dimisión del comité de dirección
Los jefes no están en el punto de mira de los trabajadores en este momento: un cambio de jefe sólo se encuentra entre el regalo más deseado por el 1,2% de los encuestados. ¿Y qué tipo de jefe es el que desean los trabajadores? En estos momentos de crisis, de despidos, de incertidumbres, la cercanía de un jefe es el aspecto más valorado por la mayoría de los encuestados ya que el 62,6% prefiere un jefe que tenga un trato familiar con sus trabajadores.
La madera de líder del jefe es fundamental para el 34,2%, mientras que el 3,1% prefiere un jefe autoritario, ya que cree que un jefe debe ejercer siempre el mando con decisión.
Por otro lado, ¿qué opinan los empleados sobre las estrategias que están siguiendo sus empresas en este año de crisis? ¿Pedirían a los Reyes Magos un cambio de éstas? La respuesta está muy dividida. Mientras la mitad de los encuestados no cree que deba haber un cambio de estrategia en sus empresas porque van por la senda correcta, la otra mitad sí que reclama cambios. En concreto, un 38% demanda un cambio de la estrategia de sus compañías porque no cree que estén enfocadas correctamente al negocio, y un 11,8% reivindica directamente un cambio del comité de dirección porque además de creer que es necesario una vuelta de 180º de la estrategia empresarial, no confía en que el equipo directivo sea capaz de llevarlo a cabo.
Mejor un año sin cambios
Más de dos años de crisis ha contenido las ansias de cambio y renovación de los trabajadores. Con las altas tasas de paro y ninguna previsión de recuperación y creación de empleo, los profesionales prefieren quedarse como están, antes que aventurarse en un nuevo proyecto profesional en otra empresa.
La mitad de los encuestados no pediría un cambio de trabajo a los Reyes Magos este año, frente al 46,6% que aseguró el año pasado que ese sería el mejor regalo. Mientras que hace un año este resultado podía entenderse como producto del desgaste psicológico de los profesionales, afectados por la presión de los resultados, los despidos, y diferentes virajes estratégicos de sus compañías, este año, el cambio radical podría interpretarse como el miedo ante un nuevo trabajo que no le asegurar estabilidad en el futuro, debido a las malas previsiones que aún acompañan a la economía y mercado laboral español.
De hecho, un 22,4% de los encuestados sí que pediría un cambio de trabajo a sus Majestades, pero cuando mejore la coyuntura económica. Mientras, sólo un 27,4% de los encuestados (frente al 46,6% del año pasado) son los más valientes, y probablemente desmotivados, pedirían este mismo año un cambio de trabajo, a pesar del contexto de inseguridad actual.
Otro dato de la encuesta muestra también la falta de apego a los grandes cambios en estos momentos por parte de los profesionales españoles, y más aún, cuando estos pudieran tener lugar fuera del país. El desarrollo profesional más allá de las fronteras españolas donde podría haber más oportunidades laborales es sopesado por el 26,4% de los encuestados.
Este grupo de encuestados son los más intrépidos, y quizá más cualificados, que ante la falta de expectativas profesionales en su trabajo actual en España o por estar en paro, les gustaría que los Reyes Magos les trajeran un nuevo empleo fuera del país. Sin embargo, hay otros que ni regalado se atreverían a probar suerte en el extranjero. Así lo asegura un 36,6% de los encuestados, que afirma no querer un trabajo en el extranjero porque tienen aquí su familia. El otro 36,9% que tampoco desea un cambio de trabajo fuera de España asegura que es porque está a gusto con el que tiene aquí.
Las promesas para el nuevo año
Después de escribir la carta a los Reyes Magos planteando sus deseos a las empresas, Adecco ha invitado a los encuestados a proponerse a ellos mismos sus propósitos para con su compañía en el nuevo año. Buenas intenciones que ya se verá dónde quedan, pero que en un primer vistazo, desvelan que los encuestados no son muy exigentes consigo mismos. Prueba de ello es que ninguna de las conductas a mejorar ha sido valorada como importante o muy importante por más de un 80% de los encuestados. Ser mejor compañero e involucrarse más en el trabajo se plantean como los aspectos más importantes que cambiar para el 79,3% y 74,6% de los encuestados, respectivamente. A continuación, la puntualidad (69,1%) y ser menos negativo (66,7%) se presentan como el tercer y cuarto reto más importante que mejorar.
Por el contrario, las conductas valoradas como nada importantes por un mayor porcentaje de trabajadores han sido la mirar más por la empresa, un aspecto indiferente para un 8,4%, la humildad, calificada así por un 7,8% de los encuestados, frente al 60,7% que admite tener que mejorar de forma prioritaria.
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