Recursos Humanos Digital. La secretaria de Estado de Empleo, Mari Luz Rodríguez Fernández, ha destacado durante la inaguración del encuentro internacional «Formación para el empleo: Claves de futuro» la necesidad de que la inversión en formación para desempleados sea superior a la cuantía que se invierte en las acciones formativas para trabajadores, puesto que en la actualidad la «urgencia» son los «más de cuatro millones de personas que están en paro«.
Según recordó Rodríguez Fernández, la decisión acerca de que la inversión en formación fuera destinada en un 60% a los trabajadores y en un 40% a los parados se hizo en un momento en que «no apremiaba la situación de desempleo» y se rozaba «el pleno empleo». Por ello, consideró que ahora las prioridades deberían cambiar para buscar un «mejor equilibrio».
También ha destacado que la reforma en políticas de empleo no debería ser «cortoplacista» si se quiere mejorar la productividad y la competitividad de las empresas y ha confiado en los nuevos sectores productivos como motor para salir de la crisis.
Asimismo, ha recalcado la importancia de adaptar las acciones formativas a las necesidades de los trabajadores, punto en el que ha señalado la economía verde, el desarrollo de los servicios de bienestar social y las nuevas tecnologías, como objetivos principales de tales acciones.
Por otra parte, ha apuntado que a medio plazo «la mayor parte de los puestos de trabajo» que se van a crear requerirán una formación de «grado medio» y ha aludido a datos facilitados por expertos que se señalan que cerca del 85% de los puestos necesitarán cualificación intermedia o superior.
ACREDITACIONES CON VALIDEZ
Por otro lado, Rodríguez Fernández ha considerado que sería positivo que las acciones formativas «tuvieran una acreditación equiparada a los títulos del sistema educativo». Una titulación que, a su aprecer, permitiría demostrar los conocimientos sin necesidad de comprobación empírica.
La secretaria de Estado de Empleo también ha resaltado que es necesario conseguir una mejora de la gestión. «Tengo dudas de nuestro modelo de gestión, de que dependa de que se abra y cierre la acción formativa en función de las subvenciones. Necesitamos ser más ágiles y dar fluidez y continuidad a las acciones formativas», remarcó.
A su vez, ha insistido en el deber de evaluar la formación en función de la calidad y no del impacto en el mercado de trabajo y en la importancia de establecer las acciones en función de los territorios, pues según dijo cada comunidad autónoma cuenta con un tejido productivo y unos horizontes de desarrollo económicos diferentes.
FORMACIÓN PARA TRABAJADORES
Respecto a la formación para trabajadores, la secretaria de Estado de Empleo ha señalado los «avances» de España. Así, ha subrayado que mientras que en 2004 se beneficiaban de tales ayudas 600.000 trabajadores, hoy en día lo hacen más de tres millones, y ha remarcado que se ha multiplicado por diez el número de empresas que imparten dormación a sus empleados, ascendiendo la inversión hasta los 1.600 millones de euros.
Rodríguez Fernández ha destacado que casi el 90% de las grandes compañías y el 50% de las medianas se prestan a dar formación a sus trabajadores, aunque ha señalado que el escaso porcentaje de pequeñas empresas que se animan hacerlo constituye «un reto por cubrir»
«Hemos hecho muchas cosas y bien, vamos a conjurarnos para decirle a la sociedad que hemos avanzado mucho, pero tenemos que reflexionar. Necesitamos salir de la crisis con un modelo productivo distinto al que entramos y si no lo intentamos no vamos a mejorar nunca», ha concluido.
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