RRHH Digital. La Fundación Ideas, el ‘laboratorio’ del PSOE, propone crear un sistema de bonificaciones al subsidio para los desempleados que más se esfuercen en buscar empleo y formarse, y penalizar mediante una reducción progresiva de sus prestaciones a aquellos que no cumplan unos objetivos mínimos establecidos cada seis meses.
Según la Fundación, uno de los problemas del mercado laboral español es que hay muchos puestos de trabajo que no interesan a los desempleados por su escasa remuneración y, al mismo tiempo, puestos de trabajo ‘sumergidos’ que se compatibilizan con el cobro de prestaciones. Ello supone más gasto para el sistema por el pago de prestaciones y la falta de retornos.
En rueda de prensa, el vicepresidente ejecutivo de la Fundación Ideas, Jesús Caldera, explicó que con este nuevo sistema de bonificaciones se dotaría de más «exigencia» a las políticas activas, de forma que «el que mejor lo haga pueda tener un incentivo y el que peor, un desincentivo».
Ahora bien, quiso dejar claro que, aunque las propuestas de la Fundación están inspiradas en los modelos francés, alemán, danés, sueco y también británico, no puede vincularse esta propuesta a la reforma acometida recientemente por el Gobierno de David Cameron, en que prevé retirar la prestación a desempleados que rechacen empleos, y dejó claro que «no supone quitar derechos a nadie».
EL GOBIERNO NO ESTÁ POR LA LABOR
Según dijo Caldera, la última palabra la tendrá el Gobierno, que pretende tener cerrada la reforma de las políticas activas entre enero y febrero del próximo año, y en última instancia el Parlamento.
Sin embargo, el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, no se plantea de momento recortar en ningún caso las prestaciones por desempleo porque, a su juicio, el problema actual no es que los parados no quieran trabajar, sino todo lo contrario.
Gómez ha explicado que la prestación por desempleo media es de 900 euros mensuales y el subsidio, de unos 500 euros, y ha señalado que «no se puede pensar» que los desempleados pueden preferir cobrar la prestación a trabajar.
Además, ha indicado que el importe de las prestaciones por desempleo en España está suficientemente distanciado del salario medio, de manera que no se desincentiva el trabajo frente a estar en paro.
AFLORAR EL EMPLEO SUMERGIDO Y AHORRAR UN POCO MÁS
El resto de las recetas de la Fundación de cara a la reforma de las políticas activas caminan hacia una mayor formación de los parados, un mejor reparto del gasto en políticas de empleo, pero también hacia un mayor ahorro y el afloramiento de parte de la economía sumergida.
Así, proponen introducir la figura del ‘desempleado-trabajador’, para que los parados que encuentren trabajo a tiempo parcial o de baja remuneración puedan complementarlo con parte del subsidio. De esta manera, se evitaría que se rechazaran estos empleos y se permitiría un retorno a las arcas del Estado.
Otra de las ideas es permitir una «jubilación flexible», tanto para jubilados como para trabajadores inmersos en expedientes de regulación de empleo (ERE), para que puedan compatibilizar prejubilaciones con trabajos a tiempo parcial. En este caso, el beneficio sería aflorar empleos ‘sumergidos’ de jubilados que prosiguen con su actividad sin declararla y nuevas aportaciones a la Seguridad Social.
Otra figura de nueva creación, en el marco del desarrollo del modelo austriaco, sería la del desempleado en ‘rotación-sustitución’, que podría formarse en empresas y en el sector público, de forma eventual, ocupando puestos de baja temporal o mientras cumplen con cursos de formación.
ABRIR LA PUERTA A LAS ETTS
Por otro lado, Caldera aseguró que es «indispensable» fomentar la colaboración de los servicios públicos de empleo con las empresas de trabajo temporal, en tanto que los primeros «no han servido para la intermediación en España» –con porcentajes del 5% de los empleos gestionados–, mientras que las ETTs «han funcionado muy bien», hasta el punto de lograr mejores salarios y más derechos para los trabajadores.
En esta línea, la Fundación Ideas cree necesario estrechar también la colaboración con las comunidades autónomas para permitir un seguimiento personalizado a cada desempleado para conjugar las necesidades de cada comunidad autónoma y la empleabilidad de trabajadores que, como los de la construcción, ya no podrán recuperar su mismo empleo.
Además, la Fundación propone aprovechar el valor añadido de los servicios públicos de empleo para interconectar perfiles complementarios de personas desempleadas en distintas comunidades autónomas para generar grupos piloto que puedan poner en marcha «empresas en prácticas». Estas empresas se verían beneficiadas con un aumento del 60% al 110% del porcentaje de capitalización de la prestación por paro.
MÁS FORMACIÓN, MENOS SUBSIDIO
Por otro lado, la Fundación Ideas cree que es posible, si no reducir el gasto en políticas de empleo, sí reorientarlo de forma que se corrija la «fuerte desproporción» existente entre políticas activas y pasivas para incidir más en el gasto en formación.
Según puso de manifiesto, de los 40.000 millones de euros dedicados a políticas de empleo en los Presupuestos Generales del Estado de 2011, sólo 7.500 millones se dedicarán a políticas activas y, de ellos, apenas 2.500 millones irán destinados a formación para empleo, cantidad que se reduce a 1.000 millones en el caso del gasto en formación de desempleados. En total, sólo un 0,1% del PIB se dedica a mejorar la empleabilidad de los parados.
Ello evidencia, según la Fundación Ideas, la necesidad de dotar más recursos a estas partidas y, sobre todo, «fijar un objetivo nacional» que cuente con la «unanimidad» de todas las políticas para lograr que al menos el 50% de los parados lleven a cabo acciones formativas.
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