RRHH Digital. Miguel Bosé y Carlos Moya, presentes en el foro «El miedo escénico», coincidieron en destacar que el miedo escénico es algo que tiene una doble lectura ya que en ocasiones “puede llegar a bloquear a una persona mientras que, en otras, sirve de reto para crear una motivación extra y superar esa situación”.
Miguel Bosé recordó anécdotas vividas durante conciertos y cómo ha logrado trabajar la respiración gracias a su afición al buceo, dónde crea un estado de autocontrol que le permite disfrutar de momentos increíbles, cuando de otra manera, hubiera sentido nervios o un exceso de exigencia.
“El miedo está dentro de uno mismo, como por ejemplo, por el miedo a no poder controlar situaciones nuevas. El miedo nos los proyectamos nosotros mismos. La responsabilidad de hacer las cosas bien, de salir al escenario y que todo vaya bien siempre está ahí, pero no se debe confundir esa responsabilidad con el miedo escénico”, señala Miguel.
Por su parte, Carlos Moyá señala que el miedo escénico tiene dos facetas, por un lado, la positiva, como recuerda en la final de Copa Davis en Sevilla en 2004, dónde la noche previa apenas pudo dormir, ni comer pero saltó a la pista casi entre lagrimas de la emoción y logró transformarlo en motivación para vencer a Andy Roddick.
Por otro lado, la parte negativa de que esos nervios limiten las capacidades de cada uno, como le ocurrió frente a su ídolo Stefan Edberg en un Roland Garros, partido en el que ese miedo escénico le superó en todo momento.
La clausura del Foro estuvo a cargo del presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, quién destacó ”la importante labor que hace Emilio Sánchez Vicario por trasladar a la opinión pública cuestiones del mundo del deporte que ayudan en la vida diaria”, así como los testimonios de Miguel Bosé y Carlos Moyá.
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