Recursos Humanos Digital. La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, se mostró convencida hoy de que España aprobará «con nota» el examen de competitividad al que le someterán esta tarde, junto con Finlandia, los ministros de Economía de la eurozona porque el Gobierno ha puesto en marcha todas las reformas estructurales necesarias.
«¿Por qué vamos a suspender nada? Yo creo que estamos aprobándolo todo y además con nota. El examen de competitividad también», dijo Salgado en declaraciones a la prensa a la entrada de la reunión de ministros de Economía de la UE.
La vicepresidenta económica defenderá ante sus homólogos la competitividad de la economía española alegando que «efectivamente teníamos que hacer reformas, pero todas las reformas están ya en marcha».
«En nuestro caso se habían puesto de manifiesto en algunas ocasiones anteriores dificultades en nuestro mercado de trabajo, dificultades en nuestro sistema de cajas de ahorro. Todo eso está en marcha», insistió Salgado. Explicó además que el Eurogrupo «pide esfuerzo siempre a todo el mundo» porque «toda la zona euro tiene que ganar competitividad».
El debate sobre la competitividad de España y Finlandia comenzará con la presentación de un informe de la Comisión, a cargo del responsable de Asuntos Económicos, Olli Rehn, que recogerá indicadores como el peso del sector inmobiliario, la productividad o el nivel de deuda privada. A continuación, Salgado y su homólogo finlandés expondrán su punto de vista sobre los problemas de competitividad de sus respectivas economías. Alemania e Irlanda actuarán de examinadores.
España ha perdido un 20% de su competitividad en precios desde la creación del euro en 1998, mientras que la mayor economía de la eurozona, Alemania, ha ganado un 13% de competitividad durante el mismo periodo, según el último informe anual sobre la moneda única publicado en octubre por la Comisión Europea.
Uno de los principales factores que explica la pérdida de competitividad de España, según Bruselas, es la subida de los costes salariales por encima del aumento de la productividad. «Durante la pasada década, el crecimiento de los costes laborales unitarios nominales medios osciló entre 0 en Alemania y el 2,5% o más en algunos Estados miembros (Irlanda, Grecia, España, Italia, Chipre, Portugal, Eslovenia)».
El informe de Bruselas apunta que este y otros desequilibrios acumulados durante los años de crecimiento económico han hecho que algunos Estados miembros, especialmente Irlanda, España y Grecia, fueran «más vulnerables» cuando estalló la crisis. Los tres países financiaron su rápido crecimiento a costa de acumular grandes déficits por cuenta corriente. Ello se tradujo en un aumento «excesivo» de la demanda interna, una fuerte subida de los precios de la vivienda y un sector de la construcción «hinchado».
Pero además, estos países no dirigieron el capital a sus usos más productivos, según destaca el Ejecutivo contrario. El resultado fue que una parte importante de los trabajadores se vieron atraídos hacia sectores con fuertes variaciones cíclicas, como la construcción, que «ahora requieren un ajuste sustancial».
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