RRHH Digital. El 1 de julio marca el pistoletazo de salida para el inicio de la jornada intensiva en muchas empresas. Esta modalidad es elegida por aquellas compañías que no ven mermado su servicio o productividad por la reducción del horario durante los meses de verano y que encuentran en la jornada continua un beneficio para sus trabajadores y una forma de fomentar la conciliación.
Algo que va en línea con las prioridades de los trabajadores. Tal y como Randstad apuntaba recientemente, el 76% de los trabajadores valoran positivamente la conciliación a la hora de buscar una empresa para trabajar. La jornada intensiva es una modalidad que va en línea con esta tendencia y que los trabajadores reclaman y priorizan cada vez más. Sin embargo, todavía hay empresas reacias a incorporar esta modalidad por la posible pérdida de productividad de sus empleados, algo que contrasta con la opinión de éstos. Según una encuesta realizada por Randstad a 1.066 personas, el 55,02% de trabajadores considera que una jornada intensiva aumenta la productividad; un 33,21% cree que no la modifica y un 11,77% considera que puede reducir la productividad.
Son las personas con empleo las que se muestran más claramente a favor de flexibilizar la jornada laboral con motivo de la llegada del verano. Ya que cuando el consultado está trabajando en un 65,93% de ellos afirma que las jornadas intensivas “aumentan la productividad”, frente al 40,88% de los que se encuentran en paro que comparten esta opinión.
Tal y como es habitual con otros temas, las medidas relacionadas con conciliación tienen el apoyo mayoritario de los candidatos con estudios universitarios: para un 65,53% de encuestados las jornadas intensivas de verano aumentan la productividad. También lo reconocen así un 54,34% de personas con Bachillerato; un 51,10% de titulados con FP y un 48,26% de personas con estudios básicos.
Y también tal y como suele ser habitual cuando se trata de medidas que favorecen la conciliación, la mujer se encuentra más favorable que sus compañeros varones: un 59,44% de mujeres, ante un 50,39% de hombres, considera que la jornada intensiva aumenta la productividad.
Ventajas de la jornada intensiva
Si bien no en todas las empresas y sectores es posible implantar la jornada intensiva, su introducción en la cultura de la compañía puede ayudar a mejorar la productividad y la eficacia de la empresa.
La jornada intensiva aumenta la motivación de los empleados, que están más satisfechos con su empleo ya que pueden dedicar más tiempo a su terreno personal. Además, ayuda a optimizar el tiempo y la realización de las tareas y es un mecanismo para que los trabajadores también mejoren en planificación y organización.
Otro de los aspectos positivos de las jornadas intensivas son la reducción del estrés y la posibilidad de que los trabajadores desconecten más fácilmente durante sus horas de descanso.
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