RRHH Digital. El sindicato Unite ha pospuesto la votación que tenía previsto iniciar mañana para consultar entre los tripulantes de cabina (TCP) de British Airways (BA) la posibilidad de realizar una nueva huelga este verano, tras haber recibido una «propuesta final» por parte de la compañía que ahora «tendrá que estudiar».
Según indicó en un comunicado el secretario general de la junta de Unite, Tony Woodley, la aerolínea «dejó muy claro» que retiraría esta nueva oferta en caso de que el sindicato continuara adelante con la consulta sobre nuevas huelgas.
Ante esta situación, Woodley aseguró que sería «inexplicable» que el sindicato no consultara con los empleados la nueva propuesta de BA. Esta posibilidad se estudiará mañana en la reunión de representantes de TCP, y en caso de obtener el visto bueno podría iniciarse esta misma semana.
Pese a todo, el dirigente alertó de que «no está en posición de recomendar esta nueva oferta», dado que no incluye la total reintroducción de las ayudas para vuelos que la aerolínea retiró a aquellos TCP que participaron en paros anteriores.
«El hecho de que cientos de TCP queden excluidos de la aplicación de las ayudas para vuelos evita que esta propuesta se convierta en el gran avance que todos esperamos», explicó Woodley, quien adelantó que su aceptación por parte de la plantilla «es incierta».
A pesar de ello, el sindicato señaló que la nueva oferta de BA sí que incluye ciertas mejoras salariales, así como diversas medidas encaminadas a la protección de los actuales empleados frente a los nuevos TCP que la aerolínea está contratando bajo condiciones laborales menos favorables.
Concretamente, BA tiene intención de contratar a 1.250 nuevos TCP, a quienes ofrecerá un salario de cerca de 18.000 libras anuales (22.000 euros), y aseguró que en caso de huelga optará por «fortalecer su plan de contingencia» para conseguir operar el 100% de sus vuelos de larga distancia, así como «una cantidad considerable» de los de corto radio desde Londres-Heathrow.
Las anteriores protestas causaron a la compañía un impacto de 154 millones de libras (188 millones de euros), además de un significativo perjuicio en términos de satisfacción de los clientes.
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