RRHH Digital. Federico Durán, socio de GARRIGUES, Santiago Soler, secretario general de ADECCO, Carlos de Benito, director de NEBRIJA BUSINESS SCHOOL y José María Fidalgo, ex secretario general de CC.OO., presentaron ay en Madrid el libro Relaciones Laborales en la encrucijada – El futuro del trabajo y del empleo, editado en la colección Biblioteca Aedipe de Recursos Humanos, y de la que todos son coautores. El acto contó también con la participación del Presidente de Aedipe Centro, Juan Antonio Esteban Bernardo.
En sus 11 capítulos, este volumen aborda temas tan actuales como la flexibilidad interna en la empresa; las extinciones de contrato; los expedientes de suspensión y extinción; el papel de las agencias de empelo en el mercado de trabajo; las prejubilaciones; la negociación colectiva, o el nuevo mercado de trabajo, entre otras, tl y como ha explicado el director de la Nebrija Business School, Carlos de Benito.
La necesaria reforma laboral
Por regla general, todos los autores coinciden en la necesidad urgente de una reforma que no “sea un parche más a añadir al ya remendado ordenamiento jurídico laboral español; defienden una reforma que sea capaz de articular transformaciones duraderas; que simplifique y consolide el marco de actuación de trabajadores y empresarios en la relación de trabajo; que facilite el acceso de las personas al mercado laboral; que establezca unas reglas de juego en la interlocución social que preservando los derechos de las partes permita a la sociedad “dar respuesta a la nueva realidad que vivimos – y a la que viviremos- fruto de las grandes transformaciones de las dos últimas décadas, que no es posible ignorar”.
En sus páginas, se habla de la necesidad de un nuevo modelo normativo; de nuevas modalidades de contrato; de la necesidad de potenciar otros mecanismos de contratación, como las empresas de trabajo temporal, y de la liberalización de los despidos por causas económicas, entre otros aspectos candentes.
El futuro del empleo dependerá del rumbo que tomen las relaciones laborales en estos momentos de cambio
El libro lleva un subtítulo: “El futuro del trabajo y del empleo”, y no es casualidad; es un mensaje que según sus autores merece una reflexión. “Nos dice que el futuro del trabajo y del empleo dependerá del rumbo que tomen las relaciones laborales en estos momentos de cambio. “Hemos de ser conscientes de lo que nos estamos jugando cuando hablamos de reforma laboral. De la reforma laboral que seamos capaces de diseñar y aplicar, afectando tanto al Derecho del Trabajo como al de la Seguridad Social, dependerá en buena medida la creación de riqueza y su distribución en España durante muchos años”, señalan.
Una reforma laboral afecta al futuro del trabajo y del empleo, pero no es tanto su causa como su consecuencia. Es el futuro del trabajo y del empleo el que está objetivamente en entredicho por la evolución socioeconómica; “la reforma laboral es un instrumento para hacer frente a este reto, pues si no lo considera, ese futuro será sin duda peor. La omisión no es una opción aceptable. Cierto que tampoco lo es la precipitación, pero el tiempo transcurrido y la gravedad del entorno han posibilitado el que se pueda producir una evolución transformadora con el rigor técnico necesario. Hay que ser conscientes de que ya vamos con retraso”.
“Necesitamos un nuevo marco normativo; sustituir el Estatuto de los Trabajadores”
La hipótesis de partida del libro es, según Federico Durán, socio de Garrigues, que el cambio del modelo económico hubiera exigido hace ya tiempo, el cambio también drástico de nuestras relaciones laborales, y en concreto, de su marco jurídico regulador. “Por mucho que incluya la reforma que presentará mañana el Gobierno, será insuficiente porque la sociedad ha cambiado -y cambiará tanto- que necesitamos un nuevo modelo”. Sin embargo, “seguimos pensando con la mentalidad del pasado”.
Durán defiende la necesidad de cambiar sustancialmente el marco normativo establecido en el Estatuto de los Trabajadores. “Son necesarios cambios radicales, el primero, sustituir el Estatuto de los Trabajadores”. Y esto es así -explica- porque este Estatuto es una norma muy antigua que presupone o basa su regulación en realidades económicas, empresariales y sociales hoy inexistentes. “El grueso de nuestra regulación laboral tiene dos siglos de antigüedad. En su opinión, esto se refleja, por una parte, en un desaforado intervencionismo administrativo en las relaciones laborales así como en un control judicial sobre el fondo o la oportunidad de numerosas decisiones empresariales.
En ese sentido, señala que uno de los problemas en España es el control judicial de las decisiones (“salvando la tutela antidiscriminatoria”). A este respecto, José María Fidalgo, por su parte, ha expresado sus objeciones a que desaparezca la tutela judicial, y también ha matizado que “si bien coincide con Durán en que la negociación colectiva tiene que flexibilizarse, está convencido de que sin ella pueden desencadenarse males mayores”. “Es un paraguas para la protección de todos”, afirma.
El ex secretario general de CC.OO. ha lamentado que durante un año «no se haya hablado en serio», ni se hayan planteado cuestiones importantes como las alertas que nos plantean las perspectivas demográficas y económicas para los próximos años. “El mundo dentro de 20 años va a ser muy diferente. En 2020, por ejemplo, los países emergentes compondrán el 54% de la economía mundial”. En su opinión, el mayor error del Gobierno ha sido no reconocer la situación española hace dos años, y el segundo error no explicar España en ese mundo cambiante”. Según Fidalgo, “es imposible que si nadie se cree el futuro, participe en reformas, porque la condición humana es acomodaticia y conservadora”. Por ello, dice que “las miradas minimalistas descomponen el mundo”.
Las líneas directrices de la reforma laboral a emprender:
No es sencillo acometer una reforma laboral estructural. Precisamente por eso –señala Federico Durán, “es en estos momentos cuando se comprueba la talla moral y política de los responsables, su madurez de criterio, su visión de Estado y su espíritu de servicio a un pueblo, que les elige confiando precisamente en que reúnan estas capacidades”. En su opinión, ”la actuación en materia tan delicada e importante con la vista puesta en intereses particulares y visión a corto plazo, sólo puede traer a los españoles más problemas, más pobreza y menos oportunidades de desarrollo”.
Durán habla de dos reformas fundamentales: la que permitan contratar más y las que fomenten que se despida menos. “Lo primero se consigue con una reforma normativa que anime al empresario a contratar trabajadores ofreciéndole la seguridad de que cuando las circunstancias cambien va a poder prescindir del los trabajadores de forma razonable y sin que nadie pueda controlar esa decisión, salvo que medie causa de discriminación”. También defiende una figura nueva de contrato, “en principio, indefinido pero no fijo”, y añade que, en su opinión, el abanico de modalidades de contratación ha quedado completamente desfasado ante la evolución de los sistemas de organización de la producción.
Entre las líneas directrices de la reforma laboral a emprender para modernizar las relaciones laborales, aboga también por la necesidad de potenciar otros mecanismos de contratación como las empresas de contratación. “A las empresas de trabajo temporal se imponen, todavía, restricciones y costes que no están justificados”.
Santiago Soler, secretario general de Adecco, coincide con Federico Durán, al señalar que es necesario tener en cuenta que las empresas de trabajo temporal, dada su regulación y plena vigencia del principio de igualdad de retribuciones, constituyen un instrumento especialmente indicado para una flexibilidad con garantías. En este sentido, asegura que “la colaboración pública y privada es determinante” para encontrar soluciones.
Los autores del libro, también se refieren a la reforma de la negociación colectiva, y señala Federico Durán que, incluso antes de proceder a esta reforma, es necesario prever urgentemente la prevalencia de los acuerdos adoptados en las empresas sobre las regulaciones convencionales sectoriales. Es decir, señala, “lo que se acuerda entre la empresa y el trabajador debe prevalecer sobre lo negociado en el convenio colectivo”.
Además, señala en el prólogo, los despidos por causas económicas, tanto individuales como plurales, deben liberalizase. “En el primer caso, suprimiendo el control judicial sobre el fondo del asunto, ya que la valoración de las circunstancias económicas de la empresa debe corresponder exclusivamente al empresario”.
El libro trata sobre personas, “a veces nos olvidamos de que estamos tratando sobre personas, que cuando hablamos de flexibilidad laboral, flexiseguridad, negociación colectiva, productividad, reformas del estatuto de los trabajadores… estamos hablando de temas que tienen una repercusión directa y tangible en la vida cotidiana de los trabajadores, en aspectos esenciales para su existencia, para su desarrollo personal y profesional”, señalan sus autores. “A veces, es muy conveniente bajar un poco la vista desde la perspectiva macro y pensar que aquello que los interlocutores sociales negocian, lo que el gobierno decide y el parlamento legisla en torno a la reforma laboral tiene una repercusión directa sobre las realidades y las esperanzas de millones de personas concretas, cada una con su individualidad, con sus circunstancias y sus preocupaciones. En suma, que cuando hablamos de la necesidad de una reforma laboral, pensemos en cómo ha de afectar a la vida de la gente, no nos quedemos en el primer estadio de los indicadores macroeconómicos”, añade Federico Durán.
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