Recursos Humanos Digital. El presidente de Confebask, Miguel Lazpiur, abogó porque las relaciones laborales «caminen hacia un marco de colaboración y entendimiento» y consideró que no es «momento para huelgas, por más legitimidad que las mismas tengan». Asimismo, reconoció que las medidas del Gobierno central para hacer frente a la crisis son «dolorosas», pero «necesarias para reforzar la confianza en la economía española y evidenciar una voluntad real de reducción del déficit público».
Lazpiur, que ofreció una conferencia con la salida de la crisis como tema en el Club Siglo XXI en Madrid, criticó que las adoptadas por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, hayan sido medidas «tardías, hechas a remolque de las circunstancias y de las autoridades mundiales, cuando una actuación más diligente hubiera permitido más sosiego y ser más justos en el reparto de las cargas».
Por otro lado, recalcó que las establecidas «no van a ser tampoco medidas suficientes para resolver los problemas del futuro y que es preciso ir más allá, atacando las verdaderas enfermedades y no, como hasta ahora, sus síntomas».
Por otro lado, destacó la importancia «clave de la credibilidad y el liderazgo, especialmente en los momentos de dificultades», así como que las diversas instituciones y agentes sociales «sean capaces de ponerse de acuerdo para abordar la situación más allá de los intereses de parte».
Lazpiur indicó, en relación a la economía española, que el nuevo escenario exige actuaciones de «múltiple signo, las más relevantes, para posibilitar el tránsito hacia un nuevo modelo económico ya que el actual, además de agotado, no volverá». Entre ellas, citó la necesidad de apoyar a las empresas productivas y a su competitividad, reforzando el apoyo a la innovación, la I+D, la internacionalización y el sistema educativo-formativo.
También consideró importante la colaboración público-privada», así como que las propias empresas contribuyan a la recuperación «mejorando su competitividad mediante esfuerzos, sacrificios y ajustes para conseguir empresas innovadoras y tecnológicamente punteras, que inviertan en I+D+i, que colaboren entre sí, se internacionalicen y tengan una dimensión adecuada, así como que se potencie la mejora de los procesos, los productos, los sistemas de gestión y el compromiso de las personas».
Para el presidente de Confebask, lo más importante es la necesidad de abordar reformas estructurales, como las referidas a las administraciones públicas, el mercado laboral o los sistemas de protección social.
En lo relativo a las administraciones públicas, pidió que éstas «pongan en orden sus finanzas ajustándose en capacidad de gasto e ingreso a los nuevos tiempos, que operen con austeridad y eficiencia y que dejen de creer en dimensión al ritmo que lo habían hecho», si consideró necesario «ser prudentes en el recorte del gasto de inversión ya que ese gasto es hoy el prioritario para sacarnos de la crisis».
Por lo que se refiere al mercado laboral, reiteró la necesidad de su reforma «como elemento clave para la competitividad y el empleo, dado que la actual rigidez es la causa de que hayamos destruido más empleo que otros países, de la dualidad del mercado de trabajo y las dificultades de acceso y permanencia estable de los jóvenes en el empleo».
No obstante, advirtió que «flexibilidad laboral no implica recorte de derechos, sino capacidad de adaptación a los cambios tanto de las empresas, como de los propios trabajadores porque la flexibilidad es lo que permite el equilibrio entre las necesidades de competitividad y, por ejemplo, la conciliación de la vida personal y familiar».
Tras abogar porque las relaciones laborales «caminen hacia un marco de colaboración y entendimiento, no siendo momento para huelgas, por más legitimidad que las mismas tengan», Lazpiur señaló la importancia de «aunar esfuerzos por parte de toda la sociedad, incluidas las diferentes fuerzas políticas, porque nada es más importante que salir reforzados de la crisis».
En relación con el Estado de Bienestar, habló de reflexionar sobre «qué modelo de protección social podemos permitirnos y qué políticas son las prioritarias, estableciendo, además, las necesarias reformas para garantizar su viabilidad y sostenimiento».
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