Recursos Humanos Digital. Hoy ha comenzado la primera tanda de cinco días de paros entre los 13.000 tripulantes de cabina (TCP) de British Airways (BA), durante los que la aerolínea prevé operar en el aeropuerto de Londres-Heathrow un 60% de sus vuelos de larga distancia y la mitad de los de corto radio, así como la totalidad de sus vuelos desde Londres-Gatwick y Londres-London City, según indicó en un comunicado.
Las protestas, convocadas el pasado viernes por el sindicato Unite después de que la Justicia británica diese marcha atrás en su decisión de paralizar la huelga, se extenderán durante un total de 15 jornadas no consecutivas, a través de tres tandas comprendidas entre los días 24 y 28 de mayo; 30 de mayo y 3 de junio; y 5 y 9 de junio.
El programa de vuelos de BA para este primer periodo de la huelga permitirá transportar a cerca de 60.000 pasajeros diariamente, a los que se sumarán «muchos miles más» que serán recolocados en los aviones de otras 30 aerolíneas diferentes si así lo desean.
La aerolínea británica, que ultima su fusión con Iberia, ha adquirido ocho aviones adicionales en concepto de ‘leasing’, con sus correspondientes tripulaciones.
Asimismo, anunció que los pasajeros afectados podrán ser recolocados en vuelos alternativos operados en un plazo máximo de 355 días respecto a la fecha original o, en su defecto, podrán solicitar la devolución del importe íntegro de sus billetes.
En un primer momento el Alto Tribunal británico dio la razón a BA en su solicitud de paralizar la convocatoria de huelga, que originalmente iba a tener una extensión de 20 días, pero finalmente la Corte de Apelación revocó esta decisión, abriendo así camino a que los paros pudieran producirse.
El consejero delegado de BA, Willie Walsh, se mostró «decepcionado» ante esta decisión, aunque aseguró que «la respeta totalmente», y advirtió de que empleará «todas las opciones a su alcance para proteger a sus clientes de las acciones de Unite».
Asimismo, Walsh recalcó su intención de alcanzar un acuerdo con los secretarios generales del sindicato, Derek Simpson y Tony Woodley, y negó que el principal escollo en la negociación sea la eliminación de las ayudas para los vuelos de la plantilla, pues «no es todo tan simple».
Por su parte, el sindicato Unite hizo un llamamiento para alcanzar un acuerdo laboral, ya que de no producirse «dará de nuevo todo su apoyo a las protestas que van a celebrarse en los próximos días».
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