RRHH Digital. España pierde interés para el trabajador extranjero. Si hasta 2007 España lideró la llegada de población inmigrante a la Unión Europea, las cifras están demostrando que nuestro país está dejando de ser un país de referencia para el extranjero, en especial el no comunitario. Este cambio de tendencia está directamente relacionado con su situación en el mercado laboral. Así lo confirman los datos de las tres principales poblaciones extranjeras presentes en nuestro país: los marroquíes aumentan su porcentaje de desempleo en un 38,1% respecto a hace un año; los ecuatorianos lo hacen en un 12,4% y los colombianos aumentan su número de parados en un 19% respecto a 2009.
De forma paralela, los extranjeros, en especial los no comunitarios, reducen su número de afiliación a la Seguridad Social. Los ecuatorianos lo hacen en un -15,3%; los colombianos en un -11,9% y los marroquíes en un -6,7%.
Este cambio de tendencia ha estado motivado por los cambios políticos, económicos y sociales de nuestro país y que han tenido su base en el desarrollo de la economía. Entre los años 2000 y 2007, España vivió uno de los períodos de mayor prosperidad económica. El crecimiento medio anual del PIB real fue del orden del 3,5%, una cifra sensiblemente mayor que el promedio del 2,2% registrado en la UE. Ahora, la crisis económica ha provocado que la entrada de población inmigrante, tanto latinoamericana como marroquí (los dos principales impulsores de emigrantes hacia España) se haya reducido.
Lo cierto es que los inmigrantes han reducido su aportación al mercado laboral y, según los datos de Randstad, han pasado de representar el 20,4% del total de contratados, a llegar al 13,7%. Todo ello a pesar de su proactividad a la hora de buscar empleo: el 52% de extranjeros reconoce que dedica más de tres horas diarias a buscar trabajo, frente al 37% de españoles que dedican el mismo tiempo. Y es que, a pesar de que la crisis ha modificado el comportamiento del buscador del empleo, el colectivo inmigrante todavía destaca por su mayor proactividad y dinamismo tanto a la hora de buscar trabajo, como a la hora de aceptar las ofertas de empleo.
Algo lógico si tenemos en cuenta que estos inmigrantes han sido los impulsores del crecimiento económico vivido por nuestro país, ahora son los más perjudicados por las tasas de paro y soportan una tasa de desempleo del 30,79% frente al 20% de los españoles.
Crecimiento exponencial
Si se analizan el número de inmigrantes censados en los últimos años destaca que el crecimiento exponencial de la población extranjera residente en España se ha ido moderando. Entre 1997 y 2007 el colectivo inmigrante protagonizó el 72% del crecimiento de la población española: de los 5,5 millones más de personas, 4 millones se debieron a la llegada de población inmigrante.
En la actualidad, su presencia sigue siendo notable en nuestro país: representan poco más del 12% de la población española, tan sólo 0,20% que hace un año.
Pero tal y como se puede ver en el gráfico, la evolución de la llegada de inmigrantes se ha ralentizado en el último trienio y sólo se ha incrementado la presencia extranjera en medio millón de personas desde 2008.
Más movilidad geográfica
La mayoría de inmigrantes censados en nuestro país se reparten en tres provincias (Madrid, Barcelona y Alicante). Su distribución geográfica depende también mucho de su nacionalidad. En Madrid y Cataluña son mayoría los iberoamericanos y africanos. Cataluña también se caracteriza por tener una gran colonia de marroquíes, al igual que Andalucía; mientras que Madrid aglutina a los ecuatorianos. Los rumanos, por último, se reparten mayoritariamente entre Madrid y Castellón.
Como es lógico, el trabajador inmigrante se caracteriza por su elevado índice de movilidad, ya que su menor arraigo le empuja a moverse en función de las oportunidades laborales. Sin embargo, una vez llegan a nuestro país, no todos siguen el mismo comportamiento, ya que muchos buscan la estabilidad en una ciudad. Entre los trabajadores extranjeros más móviles se encuentran los procedentes de Mali, Colombia y Senegal.
La zona geográfica con mayor movilidad es la que comprende a las provincias del arco mediterráneo, en las que destacan los movimientos de trabajadores entre las provincias de Murcia con Alicante, Albacete y Almería. También destaca el movimiento desde y hasta Barcelona y desde ésta hacia Tarragona, Girona y Valencia. Y, por último, Madrid no sólo presenta una alta movilidad desde la periferia hacia el centro, sino hasta sus provincias limítrofes, en especial Toledo y Guadalajara.
Plan de retorno
A pesar del descenso en la llegada de inmigrantes, esto no significa que estos trabajadores hayan regresado a sus países de origen. De hecho, en los dos últimos años, tan sólo 1.569 extranjeros se han acogido al Plan del Gobierno de Retorno Voluntario y España supera la media europea en porcentaje de población extranjera respecto al total. El Plan de Retorno fue diseñado para que aquellos trabajadores extracomunitarios que se encuentran en situación de desempleo para que pudieran percibir su prestación contributiva a través del abono acumulado de la misma.
Desde su entrada en vigor se han registrado un total de 8.724 solicitudes, fundamentalmente en la Comunidad de Madrid, Cataluña y la Comunidad Valenciana. En cuanto al origen, los países latinoamericanos son los principales receptores de inmigrantes amparados en este programa. Destacan Ecuador (44%) y Colombia (18%); a cierta distancia, Argentina (9,7%), Perú (8,6%) y Brasil (5,3%); y en menor medida Chile (4,1%) y Uruguay (3,6%).
Junto a los trabajadores desempleados, también sus familiares han podido beneficiarse del Plan y 1.581 familiares han acompañado al titular del derecho en su retorno voluntario.
Todo apunta a que en los próximos meses continuará la contracción en la llegada del trabajador inmigrante a nuestro país. Si bien el idioma ha sido el puente hacia nuestro país en el caso del inmigrante latinoamericano, la evolución económica está haciendo que este colectivo esté dirigiendo sus miras hacia otros países. De hecho, la mayor inversión norteamericana está provocando un reparto de los flujos migratorios de Iberoamérica en todas las regiones latinoamericanas. Destaca en especial el caso de Chile, que gracias al empuje de la inversión extranjera, se está posicionado como uno de los países con mayor proyección económica, tras Brasil.
En el continente asiático, es China la que está retomando el crecimiento económico. En nuestro país, el colectivo chino es el tercer grupo extranjero que más ha reducido su aportación a la Seguridad Social (un -10,5% respecto a hace un año).
Sin embargo, hay otra consecuencia más del aumento de desempleo de estos inmigrantes en la sociedad y es el aumento de la economía sumergida. Parece que los inmigrantes se están adaptando a la crisis trabajando en la economía subterránea para poder hacer frente a sus necesidades económicas y poder continuar enviando dinero (remesas) a sus países de origen.
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