Recursos Humanos Digital. La Fiscalía de Sevilla ha solicitado una pena de ocho meses de prisión para un trabajador de la empresa municipal de transportes (Tussam) al que se le acusa de sendos delitos de amenaza y daños al pintar la fachada y puerta de la residencia del gerente del organismo, Carlos Arizaga, con las leyendas ‘El próximo tú, Carlitos’ y ‘Gerente de Tussam asesino’, así como un punto de mira.
En el escrito de acusación del fiscal, al que ha tenido acceso Europa Press, el Ministerio Público relata dentro de una causa del Juzgado de Instrucción número 14 como el acusado, D.E.G., se dirigió al domicilio de Arizaga en la noche del 17 al 18 de noviembre de 2008 y procedió a la pintada de estas frases, «lo cual produjo en el señor Arizaga el natural temor y desasosiego, por lo que denunció estos hechos».
Este acto se enmarca en el conflicto mantenido entre la directiva de Tussam y algunos trabajadores de la empresa, principalmente adscritos a la Agrupación Sindical de Conductores (ASC), por el suicidio de José Luis Alonso Falcón, uno de los ocho empleados contra los que en su momento se instruyeron causas judiciales y laborales a cuenta del sabotaje y los actos de vandalismo perpetrados sobre la flota de autobuses durante la huelga de la primavera de 2007.
Como consecuencia de la muerte de Alonso, más de 400 trabajadores de Tussam no asistieron el 18 de noviembre de 2008 a desempeñar su trabajo, en lo que la dirección del ente consideró una jornada de huelga ilegal encubierta, calificación que no fue compartida por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), que rechazó el recurso de súplica de la empresa contra la sentencia del Juzgado de lo Social número nueve que respaldó la tesis de que no existió una actuación colectiva o concertada.
La Fiscalía de Sevilla recuerda en su escrito que los daños causados con la pintada se tasaron en 533,60 euros, por lo que solicita para D.E.G. una pena de multa de seis meses con cuota diaria de diez euros, con responsabilidad penal subsidiaria. Asimismo, propone como testigos al propio Carlos Arizaga, el agente de Policía que acudió al lugar de los hechos y el perito calígrafo policial.
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