RRHH Digital. La huelga indefinida que convocaron el pasado 1 de mayo los maoístas nepalíes ha causado la paralización de la asistencia humanitaria, según denunció este viernes el equipo de la ONU en Nepal, que afirmó que tanto Naciones Unidas como sus socios humanitarios están profundamente preocupados por el impacto humanitario de la huelga general sobre algunas de las comunidades más vulnerables del país.
«La libertad de movimiento de los actores humanitarios debe ser protegida. El Derecho Humanitario requiere que tanto el movimiento como la distribución de los suministros humanitarios no deben obstruirse. Es responsabilidad de todas las partes implicadas asegurar que estos principios se entienden y que se respeta la cadena de mando», explicó el coordinador humanitario de la ONU para Nepal, Robert Piper.
La mayor preocupación que tiene en este momento la comunidad humanitaria es la grave interrupción de la distribución de alimentos y de semillas, ya que las graves y consecutivas sequías, junto con los elevados precios de los alimentos, ha provocado un incremento en el número de personas que sufren inseguridad alimentaria.
El Programa Mundial de Alimentos (PAM) y sus socios están dando asistencia a casi 2,5 millones de dólares, pero el pasado 4 de mayo tuvieron que suspender prácticamente todas sus operaciones, excepto la ayuda a los refugiados de Bhután. Se estima que hay más de 4.500 toneladas de alimentos bloqueadas.
Las ONG socias de la ONU se han visto obligadas a detener también sus operaciones, por lo que todas las distribuciones alimentarias, de dinero y otros programas de campo también se han detenido. «Detener la maquinaria que mueve todos estos alimentos –más de 6.000 toneladas al mes– no es fácil, ni será sencillo volverla a poner en marcha», señala el comunicado de la ONU.
«Se está perdiendo un tiempo precioso y afectará a la capacidad de la ONU para dar asistencia a su tiempo justo a algunas de las zonas más inseguras de Nepal durante las próximas semanas», añade, y señala que hay informaciones que apuntan a que los ciudadanos nepalíes están luchando para acceder a los servicios sanitarios esenciales, incluidos los residentes de la capital, Katmandú.
«Las dificultades se agravan por la falta de transporte, por la ausencia de los trabajadores sanitarios y por la escasez de medicamentos esenciales», prosiguió. «También han resultado dañados otros servicios como las campañas de inmunización y la respuesta a los brotes de diferentes enfermedades», indicó. «Pedimos a todas las partes que protejan el acceso humanitario y ayuden a que se puedan volver a lanzar estas operaciones críticas con un retraso mínimo», concluyó.
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