Recursos Humanos Digital. Los mecanismos de reducción de la jornada laboral en los países de la eurozona han permitido destruir cuatro veces menos empleo durante el periodo bajista del último ciclo económico –entre el primer trimestre de 2008 y la primavera de 2009– que en la recesión de los años 1992 y 1993, asegura el Banco de España en su último Boletín Económico.
El banco emisor resalta que, dado que las indemnizaciones por despido han aumentado a pesar de la abultada caída de la productividad, al contrario que lo ocurrido en los noventa, la destrucción debería haber sido mayor.
«Además, el aumento de la flexibilidad contractual que ha tenido lugar en estos años podría haberse traducido también en una mayor sensibilidad del empleo al ciclo», añade.
Así, la institución gobernada por Miguel Ángel Fernández Ordóñez recuerda que la estrategia de reducción de jornada ha estado apoyada fundamentalmente en los programas de sostenimiento del empleo introducidos en la mayoría de los países europeos, siendo Alemania el caso más paradigmático.
Concretamente, el sistema alemán, el ‘Kurzarbeit’, permite a los trabajadores acogerse a los programas de sostenimiento del empleo durante un periodo máximo de 24 meses, comprometiéndose el Gobierno a financiar hasta un 67% de la reducción del salario y un 50% de las contribuciones a la Seguridad Social.
En España, Gobierno, patronal y sindicatos se encuentran negociando la introducción de este ‘modelo alemán’ en la reforma laboral que se proponen tener lista antes de que acabe el mes de mayo.
AYUDAS ADICIONALES O CONTRAPRODUCENTES.
Por otro lado, el Banco de España indica que, adicionalmente, la «relativa contención» del empleo podría haber estado impulsada además, no sólo por los programa de ayuda gubernamentales, sino también por la respuesta de las propias empresas, que, ante un ‘shock’ de demanda que juzgan transitorio, optan por mantener a sus trabajadores.
Con todo, prosigue el banco emisor diciendo que «no debe olvidarse que la efectividad a medio y largo plazo de estas actuaciones dependerá crucialmente de las persistencia de las perturbaciones de la demanda».
Así, explica que si en determinadas empresas o sectores la contracción es más estructural por razones, por ejemplo, de sobredimensionamiento estas decisiones podrían resultar contraproducentes, pues, como en el caso de las subvenciones para mantener trabajadores en su puesto, desincentivarían los ajustes necesario de la estructura productiva y ello podría lastrar el proceso de salida de la crisis.
AVANCE POSITIVO EN LA UE.
En cualquier caso, el Banco de España asegura que la información coyuntural más reciente apunta que la actividad real de la UE «ha podido registrar un «ritmo de avance positivo, aunque moderado», en la primera parte del año.
En este punto, añade también que esta recuperación tendrá un «carácter vacilante» en los próximos trimestres, lo que, unido a la moderación de los salarios que cabría esperar dada la atonía del mercado de trabajo, «no hace prever tensiones inflacionistas significativas en el horizonte temporal relevante para la política monetaria».
Por otro lado, más allá de la zona euro, durante los primeros meses de 2010 continuó la recuperación de los mercados financieros internacionales y de la actividad mundial, «a pesar de que se han producido episodios de creciente inestabilidad relacionados, principalmente, con la situación de las finanzas públicas en algunos países europeos», en clara alusión a Grecia.
«En todo caso, en las economía desarrolladas los niveles de producto se mantienen por debajo de los previos a la crisis y aún subsisten factores que representan lastres y riesgos para la recuperación, como la debilidad del mercado laboral, la fragilidad del mercado de la vivienda, la atonía del crédito bancario y, sobre todo, la posición de las finanzas públicas», añade.
Especial atención merecen, a juicio del Banco de España, las economías de EE.UU., Japón y Reino Unido, cuyos niveles de déficit y deuda pública demandan «diseñar y comunicar con diligencia planes creíbles de consolidación fiscal en el medio plazo».
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