RRHH Digital. Un empleado del Hospital de Cruces de 62 años y otro de Nervacero de 60 han fallecido como consecuencia de haber trabajado con amianto. En el caso del primero, realizó tareas de mantenimiento durante 36 años como fontanero, sin recibir información alguna de los riesgos inherentes a la fibra cancerígena. En 2009 le diagnosticaron Derrame Pleural y Mesotelioma mixto. CCOO solicitó a Osalan a acreditar la existencia de amianto en el centro hospitalario, cuyo informe en 2010 SÍ lo constataba y que la patología estaba relacionada con el amianto”.
En este caso, como en el resto de los trabajadores afectados por amianto, Osakidetza no comunicó la sospecha de que la enfermedad que padecía su propio trabajador pudiera ser profesional, incumpliendo la Instrucción nº1 del año 2007, firmado por el propio Departamento de Sanidad y el Director de Osakidetza, junto a Osalan. Tampoco el centro de trabajo, que en este caso corresponde a un Centro Público de Salud, tomó ninguna medida preventiva para evitar el desarrollo de la enfermedad terminal del trabajador fallecido. Se debe de recalcar la ayuda de los representantes de los trabajadores de este sindicato, que gracias a su testimonio y labor, se pudo acreditar la existencia de amianto en el hospital.
La segunda víctima trabajó desde 1973 en Nervacero hasta que le fue reconocida la incapacidad absoluta por enfermedad profesional en 2006, a través de CCOO. Peón especialista de grúa, trabajó en operaciones auxiliares en la nave de hornos (cambio de bóvedas, operaciones de revestimiento, demolición, reparación y movimiento de materiales, etc.). diagnosticándole en 2005 su afección.
La agonía de ambos ha sido permanente, con el agravante de tener que iniciar procedimientos judiciales constantes tanto por parte de las mutuas de accidente de trabajo y enfermedades profesionales, como por parte de las empresas responsables. CCOO continuará, como hasta ahora en solitario y llegando a ser un referente, reclamando caso por caso estas enfermedades profesionales, y de este modo obligar a tomar en serio la prevención de la seguridad y la salud en el trabajo a todas las entidades responsables en esta materia, como son los Servicios de Prevención, las Mutuas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales y las empresas, sin olvidar la competencia poco aplicada de comunicación de sospecha de las enfermedades profesionales por parte de Osakidetza y del Departamento de Sanidad.
Los comentarios están cerrados.