RRHH Digital. En los últimos días se está intensificando la ofensiva contra las energías renovables. Las críticas suelen venir desde lobbies que ven disminuir su cifra de negocio por efecto de la reducción del consumo de electricidad y el aumento de la participación de las renovables en el conjunto de la producción eléctrica. El Gobierno ha dado en el pasado preocupantes señales (DR1578/08 sobre fotovoltaica y RDL 6/2009 sobre medidas en el sector energético) de considerar un riesgo el desarrollo de las energías renovables. Al mismo tiempo, se presume del éxito español en el desarrollo de la tecnología eólica, fotovoltaica y el liderazgo en la termosolar.
Lo que se está poniendo en cuestión es la existencia de primas a la producción eléctrica con fuentes renovables, olvidando que cuando éstas se establecieron fue como alternativa a gravar las fuentes no renovables para que internalizaran sus costos. Todas las tecnologías de generación eléctrica reciben o han recibido ayudas y subvenciones por distintos motivos.
A un coste mínimo, las primas a las renovables han conseguido crear la demanda interior que ha puesto en pie un sector puntero a nivel mundial. Si consideramos las emisiones de CO2 e importaciones de combustibles fósiles evitadas, así cómo los empleos creados y las exportaciones generadas, las renovables han sido y son muy beneficiosas para España.
El sector renovable español contribuye en una alta proporción con energía limpia al mix eléctrico, es un sector industrial puntero a nivel internacional en innovación (la quinta parte de las patentes en renovables son españolas) y genera un número de empleos considerable (60.300 empleos en 2007 sólo entre los tres subsectores: eólico, fotovoltaico y termosolar).
El sector de las renovables y de forma destacada sus instalaciones industriales, han sufrido durante 2009 y en el presente año un importante descenso de su actividad por causas asociadas a la crisis, como las dificultades de financiación y retraimiento en las inversiones, pero también a consecuencia de la incertidumbre que el Gobierno viene provocando tanto en cuanto a permisos para nuevas instalaciones como a las futuras remuneraciones. Esta situación ya fue reflejada el pasado 6 de marzo en el manifiesto firmado conjuntamente por las federaciones sectoriales de Industria-CCOO y FIA-UGT y la Asociación empresarial Eólica.
El debate sobre el costo de la electricidad no puede abordarse atendiendo sólo a las primas de las renovables. Tiene mucha más importancia en la determinación del precio de la electricidad el sistema de fijación de precios en el mercado eléctrico, según el cual se remuneran a todas las tecnologías al precio de las últimas en entrar en el pool. Lo que provoca que algunas tecnologías –como la nuclear y la hidráulica- se vean remuneradas, según informe de la Comisión Nacional de la Energía de 2008, por un precio muy por encima de su coste de producción. CCOO, en atención al interés que tiene este precio en la actividad productiva, llama a una revisión completa del sistema de remuneración del mercado eléctrico de manera que todas las tecnologías obtengan retorno adecuado de acuerdo con sus costes de producción.
Para CCOO, debe mantenerse una política de primas a las renovables, apoyando a éstas de forma que se adapte la remuneración que reciban a la curva de maduración de las distintas tecnologías. Debe hacerse con plena seguridad jurídica y predictibilidad, condiciones necesarias para la elaboración de planes de negocio y de un desarrollo armónico del sector.
Esta situación se da cuando la mesa sectorial de energía del diálogo social reforzado no se convoca desde marzo de 2009 y sigue sin definirse y acordarse el escenario energético y de mix eléctrico para el medio y largo plazo. En cualquier caso, el Gobierno tiene que tomar las decisiones con una visión temporal amplia, coherente con la apuesta realizada hace años y no arriesgando por motivos coyunturales el futuro de un sector estratégico para la economía y el empleo en España.
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