RRHH Digital. El estudio, compuesto por tres amplias partes, nos presenta la correlación que existe entre el crecimiento económico y el capital humano, que convierte a la formación en un instrumento fundamental para dotar al factor trabajo de las habilidades y de las capacidades necesarias para el desarrollo eficiente de la actividad productiva y para la adaptación a los cambios permanentes que exige la globalización y la proliferación de las nuevas tecnologías. En este sentido la Formación Profesional constituye una herramienta fundamental para el desarrollo productivo y un elemento dinamizador de la economía. La evolución del nuevo modelo productivo requiere que las empresas compitan generando valor y esto pasa por invertir en conocimiento para poder investigar y desarrollar nuevos productos que sean valorados en el mercado nacional e internacional y nos den ventajas competitivas. Y en este sentido, una formación profesional adecuada y de utilidad, se convierte en un elemento clave.
La empresa necesita mano de obra cualificada y flexible para asegurar la supervivencia y los trabajadores necesitan adquirir nuevas competencias y mayor polivalencia para mantener su empleabilidad. Según José Antonio Fernández Ramos, Presidente de Sanromán, “el gran reto de las empresas es apostar por una Formación Profesional Permanente y continuada. El progreso de las organizaciones radica en el progreso de las personas que las constituyen”.
Es informe refleja como a través de la Formación Profesional se pueden resolver problemas presentes en la sociedad española tales como: el desempleo, la difusión del conocimiento tecnológico, la consolidación como vía alternativa a los estudios universitarios, la integración social, la cualificación para reducir la pobreza.
Según se extrae del estudio, la formación se puede considerar como una inversión con un impacto directo en la rentabilidad de las empresas. Bien diseñada, ayuda a atraer, desarrollar y retener a los empleados excelentes. Aumenta el compromiso de los empleados con la organización e incrementa la rentabilidad de la misma, a través de una mayor eficiencia, productividad y calidad, así como menores niveles de rotación y absentismo de los empleados.
El éxito de la Formación Profesional estriba en la capacidad de ésta para responder a necesidades y objetivos concretos, por ello debería ser personal y diferenciada, continua, práctica y eficiente en términos de coste-eficacia. Para ello, añade Fernández Ramos, no sólo es posible, sino necesario, poder medir el impacto de la formación en la cuenta de resultados. Actualmente existen diferentes perspectivas de estudio que tradicionalmente se utilizan para medir el impacto. El objetivo de todas ellas es demostrar que la formación tiene una incidencia positiva en los resultados. No ya porque el profesional o el mismo empresario mejoran sus actitudes para desempeñar nuevas y más complejas tareas, sino porque se comprueba que la formación genera productividad.
DEBILIDADES DE LA FP
Tradicionalmente en España se ha considerado a la Formación Profesional de forma equivocada y peyorativa. En cambio, hoy en día, la Formación Profesional constituye una herramienta fundamental para el desarrollo productivo, pues dota a la fuerza laboral de una serie de conocimientos técnicos y especializados en distintas áreas que repercuten en el valor añadido de la empresa. Actualmente, la escasez de este tipo de trabajadores ha puesto de manifiesto la importancia de reforzar el sistema educativo en esta área y cuestionarse la adaptabilidad de los planes formativos actuales a las necesidades de las empresas.
La desfavorable coyuntura que estamos sufriendo en estos momentos se evidencia en el mercado de trabajo con una tendencia ascendente de la tasa de desempleo y por las perspectivas de fuerte incremento de la misma en los próximos años. Sin embargo, los titulados en las especialidades de Formación Profesional disponen de mayores capacidades para afrontar el futuro, ya que este colectivo tiene mayor accesibilidad al empleo. El 63% de los estudiantes de Formación Profesional encuentran empleo.
Las principales debilidades que se desprenden del actual sistema de Formación Profesional son la falta de ajuste con las demandas del sector productivo.
De los 22 millones de personas que integran la población económicamente activa, 11 millones de personas no cuentan con ninguna acreditación de su cualificación profesional.
La Formación Profesional como fuente de ventaja competitiva para las empresa, como oportunidad de empleo, define cualificaciones no contempladas en las ofertas actuales de los diversos subsistemas de formación profesional, ejemplo: sistemas de electromedicina y sus instalaciones asociadas, o de la Policía nacional y autonómica y el cuerpo de bomberos, cualificaciones relacionadas con la cría y doma de caballo, el mantenimiento y la conservación de bienes culturales, textil y piel, encuadernación artística.
En definitiva, tal y como arroja el estudio, la recuperación de la ocupación en nuestro país, pasa por relanzar la Formación Profesional en España.
1 comentario en «La formación profesional en España, factor decisivo para combatir el desempleo»
Tras leer el titular, temí que se iba a sugerir que en España había tantos parados porque no estaban bien formados… Pero no; no era eso. A mí me parece que hay barreras de diferente índole (no sé si se suele agarrar el toro por el rabo en todo esto) para la mejora de la productividad y la competitividad, pero sin duda el cultivo y aprovechamiento del capital humano (no fundir o confundir «capital humano» y «recursos humanos») resulta inexcusable en las empresas, formación profesional y continua incluida. Yo diría, en general, que hace falta mayor dosis de profesionalidad en las empresas, pero quizá otros lectores tengan otras experiencias y opiniones.
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