RRHH Digital. En la reunión que los Ministros de Trabajo del G20 mantuvieron con los representantes de los interlocutores sociales mundiales, los responsables de la CSI pidieron que los gobiernos adopten con urgencia medidas para impulsar la creación de empleo, que tienen que fundamentarse en el mantenimiento de los estímulos fiscales para impulsar la demanda interna de las economías y la demanda mundial, al tiempo que se comprometan a extender el “trabajo decente” y los derechos fundamentales del trabajo.
La delegación de la Confederación Sindical Internacional estaba presidida por su secretario general, Guy Ryder, y su presidenta, Sharan Barrow, y la componían un representante sindical de cada uno de los países del G20. Por España asistió a la reunión Paloma López, secretaria de empleo de CC OO. La delegación de las organizaciones empresariales tenía una composición similar y la coordinaba la Organización Internacional de los Empleadores (OIE).
La CSI también subrayó la necesidad de que se establezcan por los gobiernos programas específicos para la promoción del empleo de los jóvenes y para erradicar la discriminación salarial de las mujeres.
Para la CSI y CCOO, los Ministros de Trabajo del G20 deben transmitir a los Jefes de Estado y de Gobierno de este organismo multilateral, que se reunirán en Toronto el próximo mes de junio, que una de las condiciones imprescindibles para asegurar una recuperación de la economía y del empleo sostenibles es que se establezca una nueva, fuerte y eficaz regulación del sistema financiero a escala mundial. Los sindicatos expresaron su preocupación y decepción porque desde la Cumbre del G20 de Londres (abril de 2009) dicha regulación esté prácticamente paralizada por las fortísimas presiones del poder financiero.
Un especial hincapié hicieron los representantes de la CSI en la reunión en la propuesta de implantar una tasa a las transacciones financieras, tanto para frenar los movimientos especulativos como para recaudar fondos para alcanzar los grandes objetivos mundiales de estos momentos, como son los Objetivos del Milenio de la ONU y los derivados de la lucha contra el cambio climático y la “transición justa” que hay que asociar a ella.
El borrador de declaración que deberá aprobar la Conferencia, al que los sindicalistas de la CSI tuvieron acceso tras participar en una reunión preparatoria con los “serpas” de los gobiernos responsables de su redacción, contiene, en términos generales, orientaciones compatibles con las propuestas sindicales aunque excesivamente generales. No deja claro dos cuestiones sobre las que los sindicatos insistieron: por una parte, la propia continuidad de las reuniones de Ministros de Trabajo y el establecimiento de mecanismos de evaluación del cumplimiento de sus orientaciones, y, por otro lado, el papel que debe jugar la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Varios ministros asistentes a la reunión, entre ellos el español Celestino Corbacho, manifestaron su acuerdo con la necesidad de mantener los estímulos fiscales hasta que la recuperación económica sea una realidad más sólida, y con otros aspectos defendidos por los sindicatos.
La opinión de que no se debería hablar de superación de la crisis hasta que el empleo no se recupere el empleo, es compartida por el Director gerente del FMI, Dominique-Strauss-Khan con quien la delegación de la CSI mantuvo una animada reunión. Informó Strauss-Khan que los nuevos pronósticos sobre crecimiento económico, que el FMI hará públicos esta misma semana, son mejores que los anteriores, sobre todo para Asia y África, pero que el empleo no crecerá hasta entrado el año 2011. Strauss-Khan compartió una parte de los planteamientos sindicales, en particular los relativos al mantenimiento de los estímulos fiscales y el papel de la OIT, pero discrepó en otros como sobre el establecimiento de una tasa a las transacciones financieras, tema que suscitó un vivo debate en la reunión.
Otro tema de controversia fue el de las condiciones que el FMI impone a las naciones a las que tiene que prestar por estar en riesgo de quiebra financiera, que contradicen las orientaciones de política económica keynesianas que, ahora, el FMI preconiza para salir de la crisis a las demás naciones. A pregunta de Javier Doz, que criticó las condiciones que la Comisión y el Consejo europeos han impuesto a Grecia en su plan de rescate por conducir a más recesión y más déficit y necesidad de endeudarse, el Director del FMI afirmó que el planteamiento era en parte cierto pero que Grecia tenía que recuperar forzosamente la competitividad de su economía, que había caído un 25% en los últimos 10 años, y el FMI recuperar su préstamo. Concluyó que, después de las conversaciones que esta semana se iban a iniciar entre los responsables del FMI y el Gobierno de Grecia, confiaba en que el FMI prestara a Grecia en mejores condiciones, con tipos de interés más bajos, que las que habían establecido los gobiernos europeos y las instituciones de la UE.
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