Recursos Humanos Digital. El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, dejó claro hoy que la propuesta de reforma laboral del Ejecutivo no implica un abaratamiento del despido, sino «explorar vías» que permitan aligerar el coste de las empresas sin reducir los derechos de los trabajadores».
Para ello, será necesario debatir en el marco del diálogo social «y ver entre todos la formulación más adecuada» para transitar a un nuevo modelo laboral, dijo en respuesta a una interpelación urgente del PP.
El documento, de este modo, «contiene la clara voluntad del Gobierno de concertar, acordar y dialogar, para dotarnos de medidas a corto, medio y largo plazo que permitan afrontar el futuro con más seguridad».
La reducción de la temporalidad (que, según los datos de Trabajo, está detrás del 70% del desempleo) y poner fin a la economía basada en el sector inmobiliario son algunos de los cambios más urgentes. «La prioridad es retornar a la confianza de los ciudadanos y hacer que el crédito llegue con más facilidad a familias y empresas», señaló.
Por lo tanto, «no se trata de copiar, sino de ver por qué en países como Alemania o Austria los efectos sobre el empleo no han sido de esa magnitud, en qué medida pueden ser mejores que algunos de los que tenemos nosotros. No se trata de ponerlo directamente en España ni de trasladarlo miméticamente, porque son economías diferentes. Hay que reflexionar».
Para el ministro, «el empleo lo crea y lo destruye la economía, no lo han destruido las normas laborales, que es donde el ministro tiene competencias directas. Lo ha destruido la crisis de carácter internacional que ha afectado a la confianza, la detracción consumo, el ajuste de la producción y las plantillas, y que se ha dado en todas las economías desarrolladas».
España, concluyó, «tiene un problema endémico» con el paro que, añadió, no puede achacarse a estos últimos años de Gobierno.
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