RRHH Digital. La dirección de Prisa ha iniciado una reestructuración de sus empresas con el fin, que a nadie se le oculta, de reducir al máximo los costes salariales. Para ello, intentan vender o desmantelar aquellas partes de sus empresas por las que encuentren alguien que les ofrezca algo por poco que sea, sin sentarse a negociar el futuro de las plantillas afectadas.
La venta de Cuatro y la externalización de los compañeros de informática a Indra son el inicio de un proceso que, sin saber dónde terminará, sí podemos asegurar que ya nos está afectando: debilita nuestra capacidad de negociación y es una espada de Damocles que pende sobre todos. Los comités de las empresas de Prisa estamos convencidos de que para defender los actuales puestos de trabajo no tenemos otra opción que la de combatir el camino elegido por el consejero delegado de Prisa, Juan Luis Cebrián, máximo responsable de haber puesto en riesgo de desaparición lo construido entre todos.
El diseño de lo que serán las empresas para las que trabajamos en los próximos años se va a decidir en las próximas semanas. Ahora es el momento de luchar para que la dirección de Prisa se siente a negociar cualquier medida que quiera poner en marcha y que afecte a los derechos de los trabajadores; después no habrá posibilidades de influir en ello. Necesitamos que la dirección de Prisa entienda que el futuro pasa por la negociación, que la imposición sólo traerá conflicto y acabará acarreándoles más problemas que los que pretenden resolver. No podemos dejar que los que mandan se jueguen a la ruleta nuestro futuro en operaciones ultraconfusas donde lo único que brilla es el monto de las comisiones que algunos se van a repartir a cambio de pedir sacrificios a los trabajadores.
Con el fin de exigir a la dirección de Prisa que se siente a negociar, os pedimos a todos que el próximo jueves 15 de abril, a las 19.00 horas, os acerquéis al número 32 de la Gran Vía para transmitirle a los que mandan que nuestro futuro es tan importante como el de ellos y que lo vamos a pelear.
Una empresa de futuro se define por su capacidad e interés de acordar con sus trabajadores el esfuerzo y el compromiso de éstos a cambio de empleo de calidad y participación en los beneficios. Este es el modelo que nosotros defendemos, ejemplos hay muy cercanos de lo rentable que puede resultar esta filosofía para unos y otros. Los desastres de la unilateralidad los tenemos encima de la mesa, a la vista de todos.
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