Recursos Humanos Digital. España es, desde hace años, una economía fuertemente terciarizada. Al cerrar el año 2008, los servicios representaban prácticamente el 68% del PIB (625.204 millones de euros) a precios de mercado y algo más del 65% (13,5 millones de personas) del empleo total del país, según un estudio de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).
Según el citado documento, titulado «Servicios y regiones en España», estos indicadores se sitúan en la media de los países más desarrollados, aunque en Estados Unidos, Francia, Reino Unido y otros países europeos el peso del sector en el PIB está ya por encima del 70%.
Entre los factores impulsores que contribuyen a explicar la expansión de los servicios en España los autores de esta investigación destacan particularmente tres: el incremento del gasto de las familias en servicios, ya se trate de transportes, servicios personales, comidas fuera del hogar, asistencia doméstica, educación, ocio o sanidad (que en conjunto suponen más del 40% del presupuesto familiar medio); el creciente volumen de servicios que demandan las empresas para la producción de bienes y otros servicios, que incluyen desde la amplia gama de los servicios a las empresas, hasta los gastos de suministro, publicidad, apoyo logístico e informático, comunicaciones, etcétera; y la demanda procedente del exterior, donde junto con el turismo -que sigue siendo líder en el caso español- se alinean también actualmente los servicios de apoyo a la construcción, las comunicaciones, los transportes y los servicios financieros.
BAJA PRODUCTIVIDAD
En el estudio se analizan algunos de los rasgos que caracterizan este sector en España. El primero es su comparativamente baja productividad. Un segundo rasgo a destacar es la gran heterogeneidad de las ramas que integran el sector.
El tercer rasgo destacable es que desde el punto de vista factorial, la contribución de los servicios al crecimiento de la economía española se ha apoyado sustancialmente en las actividades que hay que considerar como más tradicionales (hostelería, comercio, inmobiliarias) y en las no destinadas al mercado (educación y sanidad pública, administraciones públicas). Por el contrario, los servicios avanzados y más tecnificados tienen todavía una presencia claramente insuficiente.
El estudio augura que este proceso expansivo continuará en los próximos años, aunque en estos momentos todo el sector está afectado por la crisis económica. A ello se sumarán los efectos del impulso que los servicios van a recibir gracias al desarrollo del mercado interior europeo, la diseminación del uso de las TIC y las innovaciones que se observan en muchas de sus ramas.
Todo ello permite concluir que, «una vez superada la crisis que actualmente vive la economía española, el sector continuará su expansión, aunque con patrones bastante diferentes según la rama que se analice. De hecho, algunas de ellas están registrando ya fuertes procesos de reestructuración».
Por comunidades autónomas, el sector servicios tiene mayor peso en Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana, Andalucía, Baleares y Canarias. Por contra, hay varias comunidades autónomas que comparativamente figuran entre las menos dinámicas y desarrolladas, como Extremadura, Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Galicia.
Geográficamente, las regiones con una productividad en servicios más elevada se encuentran concentradas en torno al eje del Ebro (País Vasco, Navarra, La Rioja, Cataluña), Madrid y las islas Canarias y Baleares. La menos productiva es Extremadura.
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