Recursos Humanos Digital. Los inmigrantes y los parados son el sector de la población que más inseguridad provoca entre los ciudadanos de Baleares, sobre todo, entre los mallorquines e ibicencos, según una encuesta de la Fundación Gadeso, que revela que los ciudadanos de las islas ven a la persona extranjera que reside en el archipiélago como un «delincuente potencial y una competencia en el mercado de trabajo» en un contexto de crisis económica en el que el empleo es un bien escaso.
Así, el estudio ‘Preocupaciones Ciudadanas (XIX), publicado en el número 162 de Cuadernos Gadeso, refleja que los índices de las causas de la inseguridad varían por islas, siendo los ciudadanos de Ibiza los que más perciben a los inmigrantes como un problema, con un índice de 9,3 sobre 10, frente al 8,5 del pasado año. Además, los parados son la segunda causa de inseguridad en Ibiza, con un índice de 8,7, debido a la presencia de personas sin trabajo en la calle, frente al 8,4 de 2009.
Pese a que se encuentran en el mismo orden de preocupación, ambos índices son menores en Mallorca, donde los inmigrantes se sitúan en un índice del 9,1, mientras que los parados alcanzan el 8,6, si bien ambos superan a los registrados en 2009, cuando se situaron en el 8,1 y 7,9, respectivamente.
Los ciudadanos de Mallorca e Ibiza también coinciden en asegurar que el tercer factor que les genera inseguridad es la pequeña delincuencia, con un índice del 8,3 y 8,5, respectivamente, algo que está muy ligado, según Gadeso, a la situación de crisis y a la falta de trabajo, que provoca hurtos en los comercios.
Las únicas islas donde los inmigrantes y los parados no suponen la principal preocupación de los ciudadanos, respecto a la inseguridad, son Menorca y Formentera, donde la inseguridad de los bienes personales y el gamberrismo se sitúan como las principales causas de inseguridad entre la población, respectivamente, con un índice del 8,2 y 7,7.
Así, en Menorca y en Formentera los parados suponen la tercera preocupación, con un índice del 7,4 y 7,3, respectivamente, mientras que la inmigración aparece en el cuarto puesto en Menorca (7,4) y en Formentera ni siquiera aparece como causa de la inseguridad en un listado de siete factores.
Respecto a la droga, en Ibiza se sitúa en el sexto lugar como factor de inseguridad (7,2), lo que supone un ligero ascenso, respecto a 2009, cuando estaba en el séptimo puesto, con un 7,1. Mientras, en Formentera está en el séptimo lugar (7,1), frente al sexto del pasado año, aunque el índice se ha incrementado, ya que en el 2009 se situaba en el 6,3. Por su parte, en Mallorca y Menorca la drogadicción no está incluida entre las siete causas de preocupación entre los ciudadanos.
ÍNDICE DE VICTIMIZACIÓN
El informe de Gadeso también revela que actualmente, tres de cada diez ciudadanos de Baleares reconocen haber sufrido en el último año, uno o más hechos considerados como delitos o faltas, tanto a nivel personal, como en su entorno más próximo, siendo los robos de vehículos o en el interior de los mismos la principal causa del índice de victimización, que se sitúa en términos generales en 326,1 sobre 1.000.
El segundo lugar donde más delincuencia padecen los ciudadanos es en la vivienda, debido a que han aumentado los robos, hurtos y actos vandálicos en las segundas residencias, con un índice de 113,3 sobre 1.000, seguido de los robos y hurtos en los comercios (45,1) y la seguridad personal (robos en las calles), con un índice de 42,9.
En cuanto a islas, Ibiza es donde los ciudadanos perciben que son más víctimas de la delincuencia, ya que cuatro de cada diez asegura haber sido víctima de uno o más hechos considerados como delitos o faltas, al situarse el índice de victimización en 460,1 sobre 1.000. Le siguen Mallorca (344,5), Menorca (268) y Formentera (231,7).
Gadeso detalló que la población del archipiélago achaca a la actual crisis socioeconómica la sensación de incerteza, convirtiéndose así la creciente inestabilidad laboral en uno de los principales factores de inseguridad, concretada en situaciones de paro, precariedad y temporalidad. «Esto provoca, por un lado, una falta de confianza en el futuro y, por otro, una visión cada vez más negativa de las personas paradas», señaló.
Además, añadió que después de los últimos «escándalos políticos y judiciales», se ha generado en la ciudadanía la percepción de que existe una corrupción política generalizada e inevitable, lo que provoca una «desconfianza creciente hacia las instituciones políticas».
Esta sensación respecto a los casos de corrupción también afecta a la Justicia, ya que los ciudadanos consideran que existe una aplicación «laxa o inadecuada de las leyes, sobre todo, en casos de pequeña delincuencia».
Por otro lado, la ciudadanía también ve como factores de inseguridad los nuevos hábitos de los jóvenes, como la ocupación en la vía pública, el botellón y pequeños actos de gamberrismo.
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