RRHH Digital. Los representantes sindicales en la firma valenciana de lencería Little Kiss confían en que la Dirección General de Trabajo de la Comunidad Valenciana dicte hoy una resolución en la que rechace la solicitud de Expediente de Regulación de Empleo (ERE) planteada por la dirección, al tiempo que criticaron la «amenaza» de la empresa de solicitar la declaración de concurso de acreedores en caso de que no se apruebe el expediente.
Al respecto, el representante de CCOO-PV, Francisco Cordellat, señaló a Europa Press que la posibilidad de verse inmersos en un concurso de acreedores «es sólo una amenaza que la dirección está utilizando desde el primer momento que presentó el ERE«, al tiempo que recalcó que «en cualquier caso, haría falta que el juez lo admita a trámite».
En este mismo sentido, Cordellat reivindicó que «económicamente Little Kiss no está tan mal como la pintan», palabras que suscribió el responsable de UGT-PV, Alfredo Sanmartín, quien hizo hincapié en que «aunque lo está anunciando desde el primer día para meter miedo, el concurso es una posibilidad, pero hace falta que sea aceptado» y consideró «que reúne las condiciones necesarias para lograrlo», dijo.
Ambos responsables sindicales confiaron ayer en que la resolución de la autoridad laboral sobre el ERE de la mercantil con sede en L’Eliana se conocerá «mañana o, como muy tarde, pasado mañana», y aseguraron que se encuentran «a la espera, pero deseosos ya» por conocer un pronunciamiento que esperan sea favorable a los trabajadores.
Si bien optaron por ser prudentes y descartar cualquier nueva movilización hasta conocer la reacción de la empresa tras la resolución sobre el ERE, Cordellat advirtió de que «si la autoridad laboral da la razón a los trabajadores y rechaza el expediente, será porque no hay causa para aprobarlo», y, por ello, «también debería ser complicado que se aceptara un posible concurso de acreedores».
En la misma línea, censuró que la dirección «amenace con pasar la patata caliente al juez de lo mercantil en el supuesto de que la autoridad laboral desista del expediente» y subrayó que, a su juicio, «lo tiene complicado y, además, se arriesga a que lo que no ha querido gastar en indemnizaciones, lo tenga que gastar en ese concurso», sentenció.
El periodo de consultas sobre el ERE de Little Kiss concluyó sin acuerdo entre la dirección y la representación social de los trabajadores, por lo que remitieron el acta final de desacuerdo a la autoridad laboral para que se pronuncie sobre dicho expediente.
La compañía planteó despedir a 76 trabajadores, «en lugar de los 96 que se barajaba en un principio, mientras que los fijos discontinuos pasarían de 13 a 30, comprometiéndose la empresa a recolocar en un plazo máximo de cinco años a la mitad de ellos y convertirlos de nuevo en fijos».
Además, mantendría las 19 prejubilaciones presentadas y la indemnización de 20 días por año trabajado, con un máximo equivalente a 12 mensualidades.
No obstante, ambos sindicatos consideraron «inadmisibles» las propuestas planteadas por la dirección y convocaron una jornada de huelga el pasado 12 de marzo y una concentración ante la Dirección Territorial de Trabajo para «rechazar los planteamientos» de la empresa por creer que «suponen una pérdida de derechos de los trabajadores» y denunciar que el ERE «responde a una deslocalización».
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