RRHH Digital. La crisis ha dañado la liquidez de las empresas, ha reducido las plantillas y ha incrementado la inseguridad laboral. Sin embargo, no ha minado la actitud de los trabajadores.
Randstad, líder en soluciones de recursos humanos, ha elaborado un Índice de Movilidad laboral (Workmonitor’s Mobility Index), un estudio a nivel internacional para conocer el grado de satisfacción de los trabajadores y valorar las posibilidades de cambio en el mercado laboral en función de la confianza, satisfacción y expectativas de los trabajadores. El principal resultado es que un 67% de trabajadores reconoce estar satisfecho en su puesto de trabajo y no piensa en un cambio en los próximos seis meses.
Según los resultados, Europa, Estados Unidos, Canadá y Australia estarían mejor posicionadas para aumentar su competitividad, ya que sus trabajadores están más satisfechos con su actual trabajo y, por tanto, son los menos predispuestos a cambiar de empleo en los próximos meses. En el lado contrario, los asiáticos son los que se muestran más insatisfechos y, por tanto, con mayor intención de cambio en los próximos meses.
Movilidad y satisfacción
A medida que las distintas economías se van recuperando de la recesión, la escala de valores a la hora de pensar en el empleo cambia, con diferencias notables en cuanto a la intención de movilidad.
Como se mencionaba anteriormente, los asiáticos son los trabajadores más negativos ante su situación laboral y los más predispuestos a abandonar sus compañías. Las expectativas de los trabajadores asiáticos hacia el cambio están unidas a la incertidumbre de la economía en sus mercados locales y es reflejo de la menor satisfacción de estos trabajadores con sus empresas. En detalle, esto significa que sólo un 6% de trabajadores chinos y un 7% de japoneses están “muy satisfechos” con su actual empresa.
Nada parecida a la situación que reflejan los datos de los trabajadores “occidentales”, tanto europeos como americanos. En Europa el 23% de media está “muy satisfecho” con su situación laboral y hasta un 46% está “satisfecho”. Esto supone que un 69% de consultados no sólo es positivo con su actual situación laboral, sino que no piensa moverse en los próximos seis meses. Son los nórdicos los más involucrados con su empresa y su actual puesto. De hecho, la satisfacción en el empleo es más alta en el caso de Dinamarca y Noruega, donde más del 35% de los empleados consultados en general indican niveles muy altos de satisfacción. Reino Unido, con un 20% de trabajadores muy satisfechos, también se encuentra entre los países mejor posicionados.
Los porcentajes más bajos de satisfacción laboral se dan en Europa del Este, donde los empleados, si bien son optimistas en su puesto, muestran cifras más bajas que sus compañeros europeos. Aquí destaca especialmente el caso de Hungría, donde sólo un 8% de consultados está “muy satisfecho” con su entorno laboral.
En el caso español, la crisis todavía deja huella en la inquietud de los trabajadores a la hora de valorar su empleo y la preocupación por mantener el trabajo es todavía la tónica dominante. De hecho, según el estudio de Randstad, el 70% de los trabajadores consideraba que la situación del mercado laboral sería todavía negativa durante este año, reduciendo las posibilidades de cambiar de puesto o de conseguir uno nuevo.
En América los porcentajes generales son también altos en la valoración positiva. De media, el 30% de americanos está “muy satisfecho” en su trabajo, sin duda gracias a que el 31% de estadounidenses y el 35% de canadienses reconocen que están muy satisfechos con su empleo. Por el contrario, sólo un 2% se declara abiertamente “muy insatisfecho” con su trabajo.
Por último, los australianos muestran porcentajes muy similares a los europeos: un 24% está “muy satisfecho” de media con su actual puesto; un 41% está “satisfecho”; un 21% se muestra ni satisfecho ni satisfecho; un 11% se declara “insatisfecho” y un 3% está “muy insatisfecho”.
Causas de insatisfacción laboral
La insatisfacción laboral provoca tensiones en el puesto de trabajo, reduce la productividad y dificulta la capacidad de innovar. Además, los trabajadores insatisfechos con su puesto de trabajo no están comprometidos con la empresa, por lo que esperan una oferta mejor para abandonarla, con el riesgo de pérdida de talento y conocimiento que esto supone. Con estos parámetros es evidente que los entornos con mayor insatisfacción laboral están peor posicionados para mejorar su competitividad y, como consecuencia, para enfrentar la salida de la crisis.
Los trabajadores se muestran en general satisfechos con su actual empleo y situación laboral y tan sólo un reducido número de países supera el 15% de insatisfacción en el trabajo. Pero, ¿qué causas provocan la insatisfacción laboral? El trabajo satisface por una razón difusa, pero, cuando desagrada, lo hace con motivos muy concretos.
Entre los factores que producen este desagrado y desmotivación está el volumen de trabajo. Los ajustes de plantilla en las compañías han provocado que aumente la carga de trabajo o que los empleados tengan que realizar multitareas, algunas para las cuales no están preparados. En el otro lado, también hay muchos trabajadores que han tenido que reducir sus expectativas profesionales y acogerse a un puesto de trabajo por debajo de su formación. Esta sobrecualificación provoca desidia o desinterés y afecta a la productividad de los empleados.
Otras causas de malestar son la baja remuneración y la imposibilidad de crecer profesionalmente en la empresa, ya que el empleado deduce que no “tiene futuro en la compañía”. Unido a este estancamiento profesional está también la falta de reconocimiento, que en muchos casos provoca que el trabajador no sienta que su trabajo es valorado y por tanto reduce su rendimiento.
Todas estas causas llevan a un panorama complejo para la empresas. Por un lado, deben enfrentarse a un entorno cada vez más competitivo, donde la reducción de costes y el aumento de productividad son claves para asegurar la continuidad del negocio. Por otro, y lidiando con dicha situación, las compañías deben retener el talento de sus organizaciones, apoyar a aquellos trabajadores más comprometidos con la empresa y con mayor capacidad de innovación en su puesto de trabajo.
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