RRHH Digital. El secretario general de CC.OO, Ignacio Fernández Toxo, admitió la posibilidad de que la tasa de desempleo, actualmente en el 18,8%, escale «más allá» del 20%, al tiempo que rebajó las expectativas sobre un acuerdo tripartito en reforma laboral antes de que finalice abril.
«Ojalá (se alcance un acuerdo en abril), pero en junio del año pasado también era muy optimista y luego la realidad fue otra», indicó Toxo en un desayuno informativo organizado por el Forum Nueva Economía, donde lanzó una advertencia respecto a la ampliación de la jubilación hasta los 67 años: «Las contrapartidas a las pensiones no pueden situarse en las cotizaciones sociales».
En este sentido, se felicitó por la respuesta ciudadana a las movilizaciones convocadas por los sindicatos y aseguró que la propuesta del Ejecutivo de ampliar la edad legal del retiro «está socialmente» desactivada.
Así pues, volvió a abogar por una jubilación «flexible» combinando el anticipo en los sectores «más penosos» con retrasos voluntarios. «¿Por qué jubilarse hasta los 67 y no a los 70 años en los sectores en los que se pueda permitir?», cuestionó.
En cuanto a la reforma laboral, Toxo descartó una «gran reforma» y vislumbró «algunos ajustes» en el mercado de trabajo, entre los que abogó por el modelo austriaco de seguro de despido, en el que el trabajador acumularía un porcentaje del salario bruto en una cuenta individual que podría emplear bien como indemnización por despido o como reinversión en una pensión.
Asimismo, puso en valor la limitación de la subida salarial pactada con los empresarios, de hasta un 1% este año, ya que España necesita competir en precios.
«España tiene que competir durante un largo periodo en precios, porque tardaremos tiempo en cambiar el modelo competitivo», incidió, si bien reprobó la propuesta del presidente de la Comisión de Economía de la CEOE, José Luis Feito, de rebajar los salarios para impulsar la productividad. «El convenio no se puede poner en solfa a las primeras de cambio», advirtió.
Por otro lado, el líder sindical cuestionó el plan de austeridad del Gobierno para recortar el déficit al 3% en 2013, con un ahorro de 50.000 millones de euros, al considerarlo «más un problema que la solución» a la crisis, y alertó sobre su impacto negativo en 2011.
«Con el esfuerzo del plan de austeridad no es sostenible afrontar los retos ante la crisis», enfatizó, para después urgir a un pacto de Estado, si bien lamentó que la situación política del momento «no da» para un acuerdo global, sino sólo parcial, en alusión al recién alcanzado en sanidad.
EL PARTIDISMO MATÓ EL PACTO DE ESTADO
Al respecto, achacó la falta de acuerdo al partidismo, que también hizo extensible a las instituciones. «En la IV Conferencia de Presidentes se puso de manifiesto que el cruce político llevado a las instituciones no es muy útil», criticó.
Asimismo, auguró que «más tarde o más temprano» Bruselas se replanteará las exigencias del Plan de Estabilidad y Crecimiento Económico (PEC), al considerar que la reducción del déficit al 3% del PIB es «muy dispar» en los Veintisiete como para que se armonicen criterios y plazos.
«España no esta en condiciones para alcanzar el 3% de déficit en 2013, al igual que otros muchos países, sin que peligre el recorte de los servicios públicos», insistió.
HUELGA GENERAL
Preguntado por qué los sindicatos no han convocado una huelga general ante los más de 4 millones de parados, Toxo resaltó que el Gobierno español es el que «más esfuerzo» ha realizado en incentivos fiscales y protección social en Europa, y desvinculó la decisión del color político del Ejecutivo.
«Si el PP gobernara y hubiera respaldado la protección social, los sindicatos tampoco habrían convocado una huelga general», zanjó.
Por último, el representante de CC.OO. priorizó la reforma en el sistema financiero para que el crédito a las pymes y a familias vuelva a fluir, por lo que lamentó las «hostilidades» en las cajas de ahorros, en alusión a la ‘lucha’ política por su control.
Así, alertó de que la actual crisis se reproduzca sin una mayor regulación financiera, y se mostró pesimista ante la próxima reunión del G-20 en Toronto, ya que «nada apunta» a que estrechen los controles. «Todo va a quedar en aguas de borrajas», lamentó.
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