RRHH Digital. El presidente del Círculo de Empresarios, Claudio Boada, afirmó hoy que al presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, se le está «flagelando injustamente» por los problemas que tiene con algunas de sus empresas.
Boada, en declaraciones a la Cope recogidas por Europa Press, lamentó que la gente sólo se esté fijando en lo que Díaz Ferrán ha hecho en los últimos seis meses y no en los 40 años de trayectoria que lleva como empresario, periodo en el que ha fundado una docena de empresas y creado miles de empleos.
El presidente del Círculo de Empresarios definió a Díaz Ferrán como una persona «capaz y competente», con «muchas virtudes», y recordó que así lo piensan en la CEOE, pues fue elegido democráticamente por sus miembros para ocupar la Presidencia de la patronal española.
«Yo tenía un profesor en el colegio que decía que el 10 era para Dios, el 9 para el profesor y el 8 para el alumno aventajado», respondió Boada al preguntarle por Díaz Ferrán y la situación creada tras la disolución de Seguros Mercurio, compañía de la que es propietario el presidente de la CEOE junto a su socio, Gonzalo Pascual.
Boada manifestó que el Círculo de Empresarios mantiene una «interacción normal» con la CEOE y que existe «sintonía» en las ideas defendidas por ambas organizaciones, aunque es la patronal la que puede defenderlas en el diálogo social, donde está presente junto a los sindicatos.
RELEVO EN LA CECA
Por otro lado, y en relación con la sucesión en la Presidencia de la CECA, para la que suenan los nombres de Isidre Fainé (La Caixa) y Amado Franco (Ibercaja), el presidente del Círculo de Empresarios consideró que lo importante no es la institución que está detrás, sino la propia persona.
Según dijo, tanto Franco como Fainé tienen una «trayectoria impecable» en el mundo de las cajas, por lo que cualquiera de las dos opciones sería «una buena decisión», subrayó.
Preguntado por si cree que el Gobierno está detrás de la irrupción de Fainé entre los candidatos a presidir la CECA, Boada afirmó desconocer este extremo y se limitó a subrayar que, en cualquier circunstancia, a él no le gusta que el Ejecutivo interfiera en decisiones empresariales.
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