RRHH Digital. Expertos reunidos por la Asociación para el Desarrollo de la Empresa Familiar de Madrid (ADEFAM), a través del Forum de Jóvenes, órgano asociativo que reúne a hijos de empresarios familiares, aseguraron en Madrid que se puede educar desde niños a los futuros responsables empresariales, y situaron las claves de esta formación en el fomento de cuatro valores: la confianza, la iniciativa, la creatividad y el fomento del sentimiento de partencia al grupo familiar.
La jornada, celebrada en Madrid, contó con la participación de los psicólogos y mediadores familiares Chus Pérez-Crespo y Rafael Israel, miembros del Instituto Complutense de Mediación y Gestión de Conflictos, quienes aseguraron que un 70% de las empresas que fracasan arrastran como principal causa los conflictos familiares, y apuntaron como problema el hecho de que no se enseñe a gestionar adecuadamente los conflictos ni en la empresa ni en la familia.
Para estos profesionales, una de las principales fuentes de discordia en las empresas familiares proviene de que todos los miembros se consideran con el mismo derecho a detentar el mismo poder en la organización, sin pararse a considerar si todos tienen las mismas capacidades.
Además, otra de las patologías que se producen en el seno de la empresa familiar está relacionada con un fenómeno que los expertos calificaron de “vuelta a la infancia” o “infantilización” en el marco de las relaciones. “Cuando entramos en el grupo familiar se reviven las jerarquías, vuelve a emerger la autoridad, y en esa dinámica es difícil expresarse. Nos infantilizamos y volvemos a registros afectivos que pueden paralizarnos y romper un proyecto de empresa familiar”, explicó Rafael Israel.
Chus Pérez-Crespo aseguró que se puede aprender a prevenir y gestionar los conflictos en el marco de la empresa familiar, al tiempo que generar una corriente positiva hacia el proyecto empresarial. Señaló, por ejemplo, la importancia de diferenciar los roles de la empresa de los roles de la familia, con el fin de resolver en cada ámbito los problemas que sean propios de cada uno. Asimismo, consideró muy importante saber transmitir en la familia las vivencias positivas de la gestión empresarial. “Es imprescindible evitar la identificación de la empresa familiar con problemas”, dijo.
En relación con la educación de los hijos de padres empresarios, recomendó valorar a cada hijo por sus habilidades y alentar el talento, fomentando de cara al futuro la igualdad de oportunidades en el seno de la empresa. “El espíritu emprendedor –sostuvo Chus Pérez-Crespo – se logra desde la motivación y el disfrute, no por la vía de fomentar la capacidad técnica ni de imponer un camino profesional predeterminado”.
Por su parte, Rafael Israel aportó varias pautas de educación para generar entre los futuros herederos una corriente constructiva en el seno de la empresa familiar. En primer lugar consideró necesario fomentar entre los hijos el sentimiento de confianza. “Si crecemos con una frágil confianza, mal podremos integrarnos en el día de mañana en el mundo laboral”, dijo. En segundo lugar, recomendó generar entre los pequeños un sentimiento de pertenencia al grupo familiar, sin menoscabo de respetar su independencia y autonomía para que juzguen en su momento si desean o no pertenecer a la empresa familiar.
Para el experto también es muy importante motivar la iniciativa de los pequeños. “No hay que coartar la iniciativa de los hijos; más bien hay que reforzarles en sus decisiones sin darles a entender una crítica moral”, explicó Rafael Israel. Desde su punto de vista, “no fomentar la iniciativa contribuye a adoptar una actitud conformista ante el trabajo y neutraliza el espíritu emprendedor”. Por último, destacó la necesidad de promover la creatividad de los hijos en el más amplio sentido del término, como modo de buscar alternativas y soluciones a los problemas que inevitablemente se presentan en la vida.
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