RRHH Digital. La sección sindical de CGT en Ford recalcó ayer que la anulación del actual expediente de regulación de empleo (ERE) en la factoría de Almussafes «ha sido una larga batalla y una reivindicación constante de la mayoría de lo sindicatos y trabajadores a lo largo de 2009», según un comunicado de la asociación sindical.
CGT se pronunció en estos términos ante el anuncio, publicado en la prensa de ayer, de que el sindicato UGT, mayoritario en la planta automovilística, y Ford, están de acuerdo en anular el actual ERE de la empresa.
Tras aplicarse el plan de bajas incentivadas, y una vez superadas las 450 peticiones, que era el número máximo del último ERE, su continuidad estaba «absolutamente injustificada», por lo que CCOO, CGT y STM pidieron su anulación a la Dirección General de Trabajo en una reunión solicitada desde diciembre, «mucho antes de que el nuevo secretario de UGT, Carlos Faubel, anunciara en su última asamblea de afiliados al sindicato de la empresa que iba a exigir la misma medida», recalcaron fuentes de CGT-FORD.
Por otra parte, los líderes de CGT-Ford también indicaron que tanto su sindicato como CCOO y STM «ya habían exigido al director general de Trabajo Román Ceballos en varias ocasiones que no apruebe los ERE de Ford y que obligue a la empresa aplicar criterios de rotatividad a la hora de mandar a los trabajadores temporalmente al paro».
Sin embargo, según este sindicato, la empresa «no ha cumplido esta medida y ha mantenido su política discriminatoria». De esta forma, desde CGT-Ford criticaron que la empresa «haya castigado en todos los ERE a los mismos operarios, permitiendo que unos trabajadores hayan consumido varios meses del seguro de desempleo, mientras a otros no se les ha aplicado ninguno de los cuatro expedientes consecutivos».
Por último, la Sección Sindical de CGT también denunció que muchos trabajadores «están siendo sometidos por sus mandos a una presión intolerable para que se apunten al plan de bajas con recontratación en lugar de potenciar otras modalidades, como las prejubilaciones y las bajas incentivadas, que sí cuentan con el interés de la plantilla».
CGT declaró que, durante todo el proceso, «ha defendido la voluntariedad de las medidas para reducir la plantilla, por lo que se opone a cualquier presión que se ejerza contra los trabajadores para que acepten suspender temporalmente sus contratos, pues sabe que mucha gente duda de que se vaya a poder reincorporar al trabajo al agotar su baja temporal».
Según los responsables de la CGT, las razones de la mayoría de los sindicatos de Ford para oponerse a los ERE «han sido reforzadas al hacerse público que Ford Motor Company obtuvo, en este año de crisis para muchas empresas y de recortes para los trabajadores, unos beneficios cercanos a los 2.000 millones de dólares en todo el mundo, siendo sus empresas en Europa y en España las principales fuentes de esas ganancias».
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