RRHH Digital. El Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva es un potente instrumento para afrontar la delicada situación, en un intento de moderación de la remuneración de los asalariados y de los beneficios empresariales con objeto de mejorar la cuota de mercado de los bienes y servicios españoles mediante el precio y una superior reinversión de los excedentes, y conseguir el objetivo principal: crear empleo.
El Producto Interior Bruto español en 2009 (1.051.151 millones de euros) se redujo respecto al año anterior tanto en términos nominales (-3,4%) como en términos reales (-3,6%). Este dato implica 4,5 puntos menos del resultado obtenido en 2008 (0,9%) después de acumular siete trimestres en recesión. El punto más álgido de la recesión se situó en el segundo trimestre (tasa interanual del -4,2%) para desacelerar la intensidad el tercer y cuarto trimestre (-4,0% y -3,1% respectivamente). El año, no obstante, finaliza con una todavía importante disminución de la producción en términos interanuales (-3,1%) aunque la evolución trimestral en el los últimos tres meses de al año sólo ha caído en una décima.
La evolución en el último trimestre muestra una mejoría del sector industrial con tasas positivas (0,5%) después de seis trimestres con fuerte caídas (punto máximo en el -5,6% en el primer trimestre de 2009). La actividad en la construcción sigue en descenso (-1,2%) con tasas muy similares a los dos trimestres anteriores. El sector servicios reduce ligeramente su evolución en el cuarto trimestre (de 0,1% a 0,0%) con caídas significativas en el componente de no mercado que se extienden al último semestre del año (-0,1% y -0,5%). Los ingresos por IVA caen un -4,1% en 2009, algo más de la evolución de la producción nacional.
La distribución factorial de la renta refleja una mayor caída de la remuneración de los asalariados (-3,06% nominal) que del excedente empresarial y rentas mixtas (-0,99% nominal). La principal causa de la evolución de la remuneración de asalariados es la muy fuerte destrucción de empleo (-6,1%) que alcanza los 1,125 millones de empleos netos a tiempo completo (IVT2009 sobre IVT 2008) que no obstante, ha desacelerado el ritmo de pérdida en el último trimestre (de -7,2 a -6,1%). La pérdida de puestos de trabajo asalariados junto con la evolución de los salarios explica que los costes laborales unitarios hayan tenido una variación interanual ligeramente negativa (-0,1%) en tasa interanual medida en el cuarto trimestre.
La intensa destrucción de empleo en una tasa superior a la experimentada por la producción genera una variación interanual de la productividad aparente del factor trabajo del 3,2%, muy superior a la media de la última década (0,8%).
La aportación al deflactor del PIB en el cuarto trimestre ha sido idéntica de la remuneración de los asalariados y del excedente empresarial (0,2%) en una tendencia de desaceleración que tiene mayor intensidad en los segundos (del 2,6% en el IT2009 al 0,2% frente al IVT 2009).
La información disponible para el conjunto del año 2009 muestra un pésimo resultado en producción y, sobre todo, en empleo. El peor desde 1945 en pérdida real de producción. El mal comportamiento de la actividad económica está en una fase de desaceleración sin haber alcanzado todavía ratios positivos en tasas trimestrales. Conocida la influencia en los resultados de los dos últimos trimestres de los estímulos fiscales aplicados a nivel nacional (Plan de inversión Local y Plan de dinamización de la economía) y otra información con influencia para la economía española (número de desempleados, elevado saldo negativo en las cuentas públicas, restricción en el crédito a los agentes económicos y cierta fragilidad en el sistema financiero) es necesario esperar algún tiempo para comprobar las posibilidades de recuperación a corto plazo.
Para CCOO el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva recientemente alcanzado por los agentes sociales y económicos es un potente instrumento para afrontar la delicada situación, en un intento de moderación de la remuneración de los asalariados y de los beneficios empresariales con objeto de mejorar la cuota de mercado de los bienes y servicios españoles mediante el precio y una superior reinversión de los excedentes, y conseguir el objetivo principal: crear empleo. Este esfuerzo debería estar complementado con otras reformas que permitan mejorar la capacidad de competir de la economía española a corto y largo plazo, a partir de una distribución equilibrada de los esfuerzos entre la sociedad española.
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