RRHH Digital. Gobierno, empresarios y sindicatos inician hoy las negociaciones para reformar el mercado de trabajo con la propuesta del Ejecutivo sobre la mesa y una vez cerrado el capítulo de la negociación colectiva.
Será durante una reunión que se celebrará hoy, a las 18.00 horas, que estará presidida por el director del Gabinete para el Diálogo Social, Alfonso Morón, y a la que asistirán los ‘segundos espadas’ de los interlocutores sociales: los secretarios de Acción Sindical de CC.OO. y UGT, Ramón Górriz y Toni Ferrer, y el secretario general de CEOE, José María Lacasa, entre otros.
La reforma laboral cobra así de nuevo protagonismo después de que el viernes pasado el Gobierno, con su presidente a la cabeza, José Luis Rodríguez Zapatero, presentara a los dirigentes sindicales y empresariales el contenido de su propuesta para el mercado laboral.
De momento, los planteamientos del Gobierno en materia laboral no han generado entre los sindicatos un rechazo visceral como el que les ha despertado la propuesta de pensiones, ni tampoco ha disgustado a la patronal, que considera que van en la buena dirección.
En concreto, los sindicatos entienden que la propuesta gubernamental no supone un «giro brusco», y se trata de una propuesta «flexible» y «discutible», mientras que los empresarios han dicho de ella que supone un «paso importante hacia delante».
Lo que está claro es que el documento del Gobierno es lo suficientemente genérico como para no hacer sentir incómoda a ninguna de las partes. De hecho, la palabra despido no aparece en el texto ni va asociada a un nuevo tipo de contrato, asunto éste que preocupaba mucho a los sindicatos.
MUCHO POTENCIAL EN EL CONTRATO DE 33 DÍAS
Lo que hay, según ellos, es una apuesta por una mejor utilización del actual marco de contratación. Entre otras cosas, la propuesta del Gobierno abre la puerta a cambios en el uso del contrato de fomento del empleo indefinido, contrato creado en 1997 por sindicatos y empresarios y cuya indemnización por despido improcedente alcanza los 33 días por año trabajado, frente a los 45 días de los indefinidos ordinarios.
«Hay que usar todo su potencial», señalaba el viernes Zapatero, que explicaba además que gran parte de la reforma laboral del Gobierno se centrará en este punto. Sin embargo, dejó claro que no habrá pérdida de derechos de los trabajadores en las indemnizaciones por despido y que no se ha planteado ninguna propuesta nueva de contratación.
Actualmente, el empresario puede efectuar el llamado contrato de 33 días con jóvenes parados de entre 16 y 30 años, trabajadores en desempleo mayores de 45 años, personas con discapacidad, desempleados que lleven inscritos en las oficinas de empleo al menos durante seis meses ininterrumpidos, y mujeres en paro cuando se contraten para prestar servicios en profesiones u ocupaciones con menor índice de empleo femenino.
Asimismo, el contrato de fomento del empleo estable puede aplicarse a aquellos trabajadores que, en la fecha de celebración del nuevo contrato, estuvieran empleados en la misma empresa mediante un contrato temporal celebrado con anterioridad al 31 de diciembre de 2007.
Tras su reunión de la semana pasada con los agentes sociales, el jefe del Ejecutivo explicaba que hay «campos» para modificar el uso de este contrato, aunque no quiso especificar por dónde pueden ir unas modificaciones que se harán «con mucha cautela». «Esa es la línea que vamos a explorar y que el Gobierno irá concretando la propuesta», señaló.
UN MARCO «ABIERTO Y NEGOCIABLE»
Desde el Gobierno se asegura que la propuesta de reforma laboral presentada a los agentes sociales, integrada por ocho líneas de actuación, es un «marco abierto y negociable» para fomentar la contratación indefinida, que no contiene medidas para abaratar los costes del despido y que no supondrá una pérdida de derechos para los trabajadores.
Además del contrato de 33 días, el documento del Gobierno plantea introducir mejoras en la normativa sobre la contratación a tiempo parcial, la posibilidad de reforzar los mecanismos para evitar el encadenamiento de contratos temporales y la rotación laboral, y la puesta en marcha de un programa extraordinario para fomentar el empleo de jóvenes de hasta 24 años en situación de desempleo y que carecen de formación.
Otro de los puntos fundamentales de la reforma ideada por el Ejecutivo es la reducción de jornada. En esta materia, el Gobierno cree que deben acordarse actuaciones que fomenten el uso de la fórmula de reducción de jornada como instrumento de ajuste temporal de empleo, en lugar del despido, a través de la incorporación del conocido ‘modelo alemán’.
En concreto, cree que se debería flexibilizar el umbral de jornada reducida que permite el acceso a la protección por desempleo y que debería fijarse un tope máximo a la reducción. Asimismo, apuesta por establecer un procedimiento más «rápido» para los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) suspensivos, aumentar el porcentaje de bonificación de las cotizaciones por los trabajadores afectados por regulaciones temporales de empleo, y elevar el periodo de reposición de las prestaciones por desempleo consumidas.
En cuanto a las bonificaciones a la Seguridad Social, el Ejecutivo cree «necesario» evaluar con los agentes sociales la posibilidad de revisarlas para concentrar este esfuerzo de inversión pública en los colectivos con mayores dificultades de empleo: jóvenes, discapacitados y víctimas de violencia de género.
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