RRHH Digital. Manuel Moya y Antonio Jurado, que iniciaron ayer una huelga de hambre de manera indefinida a las puertas del Ayuntamiento de Córdoba para pedir un puesto de trabajo, comenzarán a trabajar en los próximos días después de recibir a mediodía de ayer una oferta de empleo en la construcción.
Según informó a Europa Press Antonio Jurado, ayer, cuando se encontraban con sus pancartas en la puerta del Ayuntamiento demandando un empleo, recibieron una llamada telefónica para ofrecerles un puesto de trabajo.
Jurado espera firmar el contrato con la empresa a lo largo de esta semana para comenzar a trabajar, como muy tarde, el próximo lunes, según le han confirmado desde la empresa. De igual modo, su compañero, Manuel Moya, tenía hoy una reunión con la entidad que le va a contratar y espera también que como muy tarde el próximo lunes ya pueda estar trabajando.
Manuel Moya explicó ayer que estuvo en paro ocho o diez meses, después encontró un empleo que le duró cuatro o cinco, pero nuevamente estaba sin trabajo desde hacía 60 días y sin ninguna esperanza de cambio y de poder contar con un contrato laboral.
De este modo, esperaba que el Ayuntamiento o cualquier institución le pudiera ayudar, así como conseguir paralizar el embargo de su vivienda. Además, tiene que mantener a su familia, ya que cuenta con dos hijos, por lo que aseguró que estaba dispuesto a permanecer en huelga de hambre indefinida en la puerta del Ayuntamiento día y noche hasta que no cambiara su situación.
Por su parte, Antonio Jurado, también estaba parado, con tres hijos y cobrando sólo 426 euros al mes, de los que 400 iban para la hipoteca, que ya dejó de pagar hace seis meses, por lo que su vivienda está en proceso de embargo.
Los dos ya realizaron el año pasado una marcha hacia el Palacio de la Zarzuela en Madrid para pedir al Rey un empleo y, aunque consiguieron un puesto durante dos o tres meses, volvieron a estar nuevamente en paro.
Además, precisamente estos dos desempleados intentaron llevarse la semana pasada un carrito lleno de comida de un centro comercial con el objeto igualmente de llamar la atención, ante lo que los policías les comentaron lo que supondría si el carrito traspasaba las puertas del supermercado. Sin embargo, en vez de ser detenidos pasaron a ser recibidos por una asistente de Cruz Roja, organización que les prestó ayuda.
Los comentarios están cerrados.