RRHH Digital. Un sector del Pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha pedido explicaciones al presidente de este órgano, Javier Gómez Bermúdez, después de que el pasado martes afirmara durante el transcurso de una mesa redonda que algunos de sus compañeros trabajan «algo más de tres horas al día», según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.
El asunto fue abordado durante la reunión semanal del Pleno, en la que varios magistrados de la Sala de lo Penal trasladaron a Gómez Bermúdez su malestar por estas declaraciones y le mostraron varias fotocopias de la información que recogía las palabras que pronunció durante su participación en un coloquio organizado por la Fundación Ortega y Gasset.
Ante las preguntas de sus compañeros, Gómez Bermúdez matizó sus comentarios y aseguró, según las citadas fuentes, que cuando indicó que en la Administración de Justicia «no se trabaja» no se refería a jueces y magistrados sino a los funcionarios que desarrollan sus labores en los juzgados.
Además, añadió que los magistrados no pueden dedicarle más tiempo a sus funciones jurisdiccionales porque tienen que dedicarse a otro tipo de labores. Según las fuentes consultadas, la mayoría de los miembros de la Sala se dio por satisfecha con las explicaciones de su presidente y dieron por zanjada la polémica.
LA JUSTICIA «NO ES EFICIENTE»
En su intervención del pasado martes, Gómez Bermúdez defendió que la Administración de Justicia no es «eficiente» porque «no se trabaja» y aseguró que mientras no se quiera «reconocer» esta situación no se podrá avanzar en la reforma del sector.
También subrayó que el proceso de reforma se debe «construir sobre un cimiento mínimo» que en la actualidad «no existe», porque los jueces no trabajan lo suficiente y porque se dedican a tareas que no son de su incumbencia.
En concreto, Gómez Bermúdez aseguró que de las 24 horas y media semanales de trabajo estipuladas en el despacho, que supondrían seis horas diarias, algunos jueces acaban desempeñando como «horas reales» no más de «tres horas y cuarenta minutos», ya que «llegan media hora tarde, se van media hora antes» y dedican «dos horas a tomar café». «No somos eficientes porque no se trabaja», remachó.
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