RRHH Digital. La Audiencia Provincial ha condenado a dos años de prisión a un hombre de 52 años y vecino de Macael (Almería) que, en octubre de 2005, hizo caer al vacío a un compañero de trabajo al golpearle con un barra hierro mientras se encontraban en la segunda planta de un edificio en construcción en la urbanización ‘Puerto Rey’ del municipio de Vera.
La sentencia de la Sección Primera, a la que tuvo acceso Europa Press, considera a J.C.C. autor de un delito de lesiones al estimar que no quedó probado durante el acto de juicio oral que tuviese intención de acabar con la vida de la víctima aunque sí la de menoscabar su integridad física ya que usó para la agresión un objeto contundente, además de que le propinó dos fuertes puñetazos.
Rebaja, así, en un año la pena subsidiaria interesada por el fiscal durante el trámite de informes pese a que éste calificó en principio como un delito de homicidio en grado de tentativa por el que solicitó cinco años de prisión. La acusación particular pidió ocho años por asesinato en tentativa mientras que la defensa solicitó que se le condenase como autor de una falta de lesiones en concurso medial con un delito de lesiones.
J.C.C., que tras el suceso atendió a su compañero y se presentó voluntariamente ante el cuartel de la Guardia Civil, atacó el 3 de octubre de 2005 a F.J.E. después de la pausa para comer en la obra. Por causas desconocidas, cogió una barra de hierro y comenzó a perseguir a la víctima, que empredió la huida al verlo, hasta que consiguió acorralarlo en una terraza.
Una vez allí, le golpeó en el costado con el objeto contundente y le propinó dos puñetazos, lo que le desequilibró y le hizo caer al vació desde una segunda planta ya que la terraza estaba protegida por un murete de 70 centímetros de ladrillo «todavía fresco por recién puesto». El fallo le aplica las circunstancias atenuantes de reparación del daño y confesión.
F.J.E. precisó 264 días para curar de los graves traumatismos que sufrió en la zona torácica y craneal, de los que 108 estuvo ingresado en el complejo hospitalario de Torrecárdenas. Como secuelas sufre, entre otras, amnesia, deterioro de las funciones cerebrales leve, epiparesia y limitación de movilidad en dedos de las manos y los pies.
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