Después de ocho meses de valores negativos del IPC, lo que suponía una situación de deflación, ahora al finalizar el año salimos de ella situándonos en el 0,3%. Ello es debido una vez más al incremento del precio de los carburantes, sobre los que el Gobierno no tiene una incidencia directa, salvo la subida impositiva que se produjo y que no hizo incrementar la recaudación, sino que ésta disminuyó en un 4%.
Para que esta subida del IPC incidiese positivamente en nuestra economía debería ser fruto de la reactivación del consumo, algo que no se ha producido, ya que las economías domésticas siguen sin liquidez y con falta de la necesaria confianza para consumir, optando por el ahorro.
Desde la USO esperamos que el Gobierno no sufra un exceso de satisfacción y se olvide de abordar los problemas reales de nuestro mercado de trabajo, que son los cerca de 4,5 millones de parados. La USO, con el objetivo de reactivar nuestro crecimiento económico, reivindicará subidas salariales en la banda del 2% para que se recupere la liquidez y se reactive el consumo y su aportación al crecimiento del PIB.
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