Los trabajadores de las empresas subcontratas de la empresa mixta de servicios municipales Elsur de El Ejido (Almería) y propiedad del empresario Juan Antonio Galán, en prisión incondicional como imputado en el marco de la operación ‘Poniente’, comenzarán a partir de hoy lunes una serie de concentraciones y manifestaciones de carácter indefinido hasta que «dejen de darnos vueltas» y puedas percibir el salario de los meses de octubre y noviembre.
Un portavoz de los afectados informó a Europa Press de que los 85 trabajadores de las empresas Jardines del Poniente, Jardines del Alcor, Lobelia Gestión y Energías Renovables, acudirán a una huelga parcial el lunes y el martes, todo ello después de no haber llegado a un acuerdo «satisfactorio» en la reunión que mantuvieron el pasado viernes con el alcalde en funciones de El Ejido, Ignacio Berenguel (PAL) y el gerente de Elsur , Mario Pulido.
Así las cosas, las mismas fuentes concretaron que son un total de 800 personas las que resultan afectadas por el impago, y que si durante los dos primeros días de concentraciones no se resuelve el problema de los pagos, el miércoles se iniciaría una huelga «general e indefinida«.
Del mismo modo, los trabajadores tacharon que «no dejan de darnos vueltas, las cuentas están embargadas, no nos pagan y parece que nadie se responsabiliza de este asunto».
Por su parte, el responsable de Administración Local de CCOO en El Ejido, Juan López, ya explicó a Europa Press que durante la reunión del viernes el regidor en funciones ejidense y el gerente de la empresa mixta «no ofrecieron soluciones reales» al problema de los trabajadores. El responsable sindical indicó que mientras que Berenguel recordaba el problema financiero que presenta el Consistorio, por el que se ha pedido un Plan de Saneamiento económico, Pulido alegó «problemas de financiación» de la empresa Elsur, «que no dispone de liquidez» y que está «embargada» por la Seguridad Social.
De esta forma, desde la plataforma de trabajadores afectados se criticó que Elsur no pagara la nómina de los trabajadores ni tampoco la cantidad que adeuda con la Tesorería, ya que esta última acción permitiría levantar el embargo con lo que se posibilitaría un pago a los trabajadores.
«Pulido señaló que los pagarés de Elsur que vencen el próximo día 25 no se podrán cobrar tampoco, con lo que no son sólo los trabajadores de las empresas de Galán, sino de otras subcontratas», apuntó López.
Las soluciones propuestas por los empleados pasan por que la Tesorería el recurso de tercería de mejor derecho presentado por los delegados de personal con el cual se establecería la primacía de cobro de los salarios ante el embargo de las entidades, un extremo sobre el que la Seguridad Social se pronunciará previsiblemente el próximo martes.
Otra de las opciones en caso de que se denegara la posibilidad de elevar el embargo, sería que o bien el Ayuntamiento de El Ejido (PAL) o la empresa mixta Elsur, asumiera las garantías jurídicas que exige la Seguridad Social para levantar el embargo, ya que la situación de Galán en prisión incondicional impide obtener las garantías solicitadas.
DOS NÓMINAS Y UNA PAGA
Los 85 trabajadores de las subcontratas que realizaban los servicios municipales de El Ejido a través de la entidad matriz Elsur, considerada como pieza clave en la trama de blanqueo de capitales de la operación ‘Poniente’, señalaron lo «irónico» de su reivindicación tras el Sercla celebrado esta semana.
Según señalaron, el pasado miércoles los empleados acudieron a su encuentro para reivindicar que se les abonara los sueldos de octubre y noviembre así como la ‘paga verde’, una cuantía que asciende en suma a 300.000 euros –103.000 euros por mes de sueldo– y que les adeuda las entidades propiedad de Galán.
Aunque las cantidades fueron reconocidas, los interlocutores, entre los que se encuentra la hija del empresario, Yolanda Galán, imputada por la operación ‘Poniente’ y en libertad bajo fianza de 50.000 euros, y el empresario Ambrosio Cuevas, también imputado y en libertad tras auto de excarcelación bajo fianza de 100.000 euros; reconocieron «no poder hacer frente a las cantidades».
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