Los ex ministros de Trabajo Manuel Pimentel y Jesús Caldera coincidieron en la necesidad de urgir una reforma del mercado laboral, auguraron el nacimiento de un «período reformista profundo» y demandaron a las entidades financieras que se restablezca la fluidez del crédito para poder salir de la crisis.
Pimentel y Caldera participaron en unas jornadas sobre ‘Las oportunidades para la generación de empleo ante los nuevos retos de futuro’, organizadas por la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) en colaboración con el Servicio Andaluz de Empleo (SAE), que se enmarcan en el programa ‘El desafío del empleo, retos de futuro’, que la CEA está desarrollando para analizar las oportunidades de empleo en áreas como energías renovables, servicios asistenciales, nuevas tecnologías y la cultura.
Ambos ex ministros, que fueron presentados y moderados por otro ex ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, el onubense Félix Manuel Pérez Miyares, reconocieron que un cambio del sistema y la estructura productiva cuesta «muchísimo» aunque ambos abogaron por buscar nuevos sectores de oportunidad preservando los actuales sectores básicos, como la construcción o el turismo «aunque con algunas renovaciones para mejorar».
Jesús Caldera, que fue ministro de Trabajo y Asuntos Sociales entre 2004 y 2008 con el PSOE, consideró necesario «cooperar» para poner en marcha un nuevo modelo productivo, ya que el actual «da evidentes muestras de agotamiento y es necesario cambiarlo».
Caldera consideró que el momento actual es «un desfiladero de la historia tremendo al que hemos llegado con nuestra actitud», por lo que consideró que «hay que cambiar rápidamente, de forma inmediata por razones económicas sociales y ambientales; hay que imprimir una velocidad para ir a ese cambio de modelo».
Agregó que un nuevo modelo productivo podría generar «importantes yacimientos de empleo, sostenibles en el tiempo y no sometidos a vaivenes de los ciclos económicos».
En ese sentido, tras reconocer que ha existido una «sobreconcentración de recursos» y «sobredimensionamiento» en el sector de la construcción que «ha lastrado las posibilidades de cambio en el modelo productivo», apuntó una serie de sectores de futuro, como la propia construcción, «que debe pasar a ser reconstrucción, poniendo más incentivos en la renovación, rehabilitación y adaptación energética del parque inmobiliario español, en vez de incentivar el acceso a nuevas viviendas».
Agregó que otro sector de futuro serán las energías renovables, donde el sector «podría llegar a generar entre 300.000 y un millón de empleos de calidad en próximos años en España, donde se han creado ya 188.000 empleos»; la biotecnología, el sector aeronáutico y aeroespacial; las tecnologías de la información y comunicación; el sector cultural; los servicios sociales y los llamados ‘empleos blancos’, servicios personales asociados a la atención a discapacitados y personas dependientes.
Caldera consideró que el nuevo modelo será posible acompañada de una reforma del capital humano, con mejora de la educación y especialmente de la formación profesional «que se debe acompasar a las necesidades del mundo productivo», tras lo que además consideró necesario aumentar la inversión privada en I+D.
En materia de diálogo social, instó a los agentes sociales y poderes públicos a «buscar medidas para encontrar el acuerdo, pues siguen siendo necesarias reformas para que se sostenga el sistema, por lo que se debe trabajar más tiempo y debemos hacerlo de forma consensuada».
«Es necesario mantener un programa de reformas laborales permanentes», agregó Caldera, quien consideró necesario «primero definir qué tipo de economía queremos y acompañar a esa economía de un mercado laboral, no al revés», agregó el ministro, quien consideró necesario aumentar la estabilidad laboral y la productividad, ya que «si queremos defender la renta de los trabajadores es necesario acometer un esfuerzo entre todos para mejorar la productividad, pues si se produce una mejora de las rentas salariales sin mejorar la productividad, se ven abocadas al paro».
Caldera mostró su deseo de que la Ley de Economía Sostenible «sea plataforma permita recuperar el diálogo social y a medio plazo tener resultados», frente a lo que Pimentel consideró que esta ley «todo el mundo habla de ella pero nadie la ha visto, por lo que es insuficiente y en este momento debemos actuar contundentemente».
Para Pimentel «debe hacer una reforma de casa adentro, trabajando en el diálogo social y hacer subir la productividad, antes de que la economía se ajuste de forma salvaje», tras lo que auguró el nacimiento de «un período reformista profundo».
El ex ministro Pimentel, que ocupó ese cargo con el PP entre 1999 y 2000, reconoció que el estado anímico de la gente está «bajo mínimos, con momentos mínimos de confianza entre la sociedad; ni en mis peores pesadillas pensaba que llegaríamos al 20 por ciento de paro, son momentos de shock».
«Estamos en pleno pánico, en una especie de agujero negro económico y anímico», aseveró Pimentel, quien lamentó que ante el estado general de la sociedad «no veo al Gobierno ni a la oposición preocupados en ayudar al país ni creando ilusión o confianza, mi problema económico no es su problema», se lamentó Pimentel, quien pidió «un poco de responsabilidad» a los poderes públicos.
No obstante, consideró que España tiene posibilidades de recuperación, «aunque paradójicamente nuestra caída en empleo ha sido brutal, hasta alcanzar niveles de desempleo africano», lo cual se suma, según recordó a una baja productividad, baja actividad y a un mercado de trabajo «complicado».
Pese a considerar necesario una reforma del mercado laboral, Pimentel consideró que «no sólo se saldrá de la crisis con una reforma laboral», por lo que apuntó la necesidad de «un Pacto de Estado» en ese sentido, de forma que «el Gobierno debe tener coherencia y espíritu reformista y la oposición debería representar un modelo concreto para abordar una legislatura donde por estricta necesidad se deben acometer reformas profundas».
Pimentel criticó el planteamiento de los actuales términos del diálogo social, donde «se convocaron las mesas de negociación de forma rara, es directamente Moncloa el que lo lleva, y plantean acuerdos de ‘señorita Pepis’ del que los empresarios se ven obligados a levantarse».
En ese sentido, criticó que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero «decidiera arremeter contra los empresarios, poniéndose de parte de los sindicatos, que también son parte interesada, cuando el Gobierno no puede estar siguiendo directrices de un sindicato». No obstante, auguró que el diálogo social «se va a retomar porque las partes son responsables y tienen cierta cordura».
Pimentel coincidió con Caldera en la búsqueda de nuevos sectores, aunque consideró que el Estado «debe propiciar la aparición de sectores ‘inesperados’ y que aparezcan nuevos nichos de mercado».
LIQUIDEZ EN LOS BANCOS
Quiso hacer mención expresa al sistema financiero, donde consideró que los bancos «necesitaban ayudas públicas, pero ahora, con ciertas dosis de inmoralidad, están cogiendo dinero del Banco Central Europeo a un bajo interés y vendiéndolo en condiciones ventajosas para ellos, mediante su colocación en deuda publica para el Estado».
«Hay mucha liquidez en los bancos, pero siguen sin prestar dinero a empresas y ciudadanos, pero deben prestarlo, por lo que, o salimos de ese bucle o la actividad económica tardará en remontar», agregó Pimentel, mientras que Caldera coincidió en la necesidad de pedir a las entidades financieras que «estimulen y ayuden a hacer circular el dinero».
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