Las personas que sufren los síntomas dolorosos generados por la ansiedad generalizada o la depresión podrían ver reducido su rendimiento laboral durante casi cuatro días a la semana, según un estudio pionero en España, realizado sobre más de 7.150 pacientes que acudieron por diferentes motivos a consultas de Atención Primaria.
Un grupo de investigadores de diversas instituciones de Madrid y Salamanca, Oviedo, en colaboración con expertos de los laboratorios Lilly, analizaron a un total de 7.150 pacientes que acudieron a consultas de Atención Primaria por diferentes motivos.
De estos ciudadanos, más del 13 por ciento (981) sufría ansiedad generalizada y más de la mitad (559) una depresión mayor y ansiedad. Sufrían dolor el 78 por ciento de los pacientes con ansiedad y depresión y el 59 por ciento de los que tenían ansiedad generalizada.
Los resultados demostraron que, del grupo de pacientes con ansiedad y síntomas dolorosos, el 88 por ciento presentaba una funcionalidad anormal en su actividad diaria. En el grupo que no sufría dolor, este porcentaje se redujo hasta el 39,9 por ciento.
En los pacientes que, además de ansiedad generalizada, presentaban depresión, hasta el 95 por ciento presentaba una funcionalidad anormal. El porcentaje de pacientes con ansiedad y depresión sin dolor pero con problemas de funcionalidad fue del 62 por ciento.
CASI CUATRO DÍAS DE IMPRODUCTIVIDAD
Además, los pacientes con ansiedad generalizada acompañada de síntomas dolorosos mostraban menor productividad, medida en días por semana, que aquellos que no los tenían. En concreto, 2,3 días por semana de baja productividad frente a 1,1 día, respectivamente.
Esta diferencia se hacía más notable en pacientes con ansiedad y depresión con síntomas dolorosos –con 3,9 días por semana de baja productividad– en relación a aquellos que no presentaban dolor, que tenían 1,9 días por semana de baja productividad.
Sólo el 4,6 por ciento de los pacientes con ansiedad generalizada y depresión presentan una funcionalidad normal cuando surgen estos síntomas dolorosos, según la investigación.
Según el doctor Ángel Luis Montejo, del Hospital Universitario de Salamanca y uno de los investigadores del estudio, esta investigación ha demostrado que la presencia de síntomas dolorosos en pacientes con ansiedad generalizada «es muy frecuente, al igual que se sabe que ocurre en pacientes con depresión».
«Pero quizá más relevante es que su presencia se asocia con un claro peor funcionamiento. Por lo tanto, a la hora de tratar a un paciente con ansiedad generalizada, tanto si tiene o no depresión asociada, sería necesario evaluar la presencia de estos síntomas dolorosos durante el tratamiento y seguimiento», concluyó.
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