British Airways e Iberia quieren superar de una vez por todas el problema del fondo de pensiones del gigante aéreo británico, el máximo escollo para cerrar su fusión, que ya supone un agujero económico que sobrepasa los 4.000 millones de euros. Las dos aerolíneas negocian en estos momentos cuál será la aportación anual que el nuevo holding nacido de su unión realizará para este plan de pensiones. Una vez cerrado este importe, y en función del impacto económico que tenga, procederán a calcular la ecuación de canje definitiva.
Así lo aseguran fuentes conocedoras del proceso, que cifran esta aportación anual en un abanico económico que oscilaría entre los 200 y los 300 millones de euros para cubrir las carencias del fondo y asegurar el cobro de todos los trabajadores jubilados. De hecho, este plan de pensiones se renegocia cada tres años y la última aportación anual a la que se comprometió British Airways fue aproximadamente de 300 millones de euros. Hasta el próximo mes de junio, no tocaría la próxima renegociación.
Afecta a 60.000 trabajadores
La compañía dirigida por Willie Walsh tiene tres planes de pensiones. Dos de ellos -uno de reciente creación y otro elaborado a finales de los noventa- no son un problema. El conflicto llega con un plan de pensiones más antiguo que afecta a más de 60.000 trabajadores de British Airways. De ellos, entre 40.000 y 50.000 están ya jubilados.
En Reino Unido estos planes de pensiones son muy importantes para los trabajadores porque las pensiones públicas que les quedan son mucho menores que las de España. Este fondo de pensiones está gestionado por los denominados trustees, que están formados por representantes sindicales, miembros de la empresa y gestores profesionales contratados para mover el fondo, cuya estructura se reparte aproximadamente entre un 60 ó 70 por ciento en bolsa y el resto en deuda y títulos.
Los expertos prevén que el agujero económico no crezca si la bolsa mundial se sigue recuperando, aunque hay otros factores como los intereses que se pagan que afectan negativamente a este polémico fondo de pensiones.
Si British Airways e Iberia llegan a un pacto sobre esta aportación y, como es de esperar, lo hacen antes de que finalice el año sólo podrían firmar un Mou (Memorandum of understanding), o acuerdo de entendimiento, que estuviera condicionado a la valoración definitiva.
Una posibilidad inviable
La razón es que hasta junio del año que viene no toca revisar oficialmente este fondo de pensiones y antes de poder calcular definitivamente cuál sería la aportación anual, primero tiene que ser supervisado y obtener el visto bueno del regulador de pensiones británico y, después, tiene que obtener también la aprobación de los trabajadores de la compañía con sede en Heathrow.
Lo que sí parece que queda descartado en la actual fase de negociaciones es otra opción más complicada: segregar el fondo de pensiones y sacarlo de la fusión para realizar una ecuación de canje que no estuviera afectada por su agujero económico. Esta posibilidad sería prácticamente inviable, ya que ningún gestor externo se querría hacer cargo del fondo.
Este periódico se puso en contacto con portavoces oficiales de Iberia y British Airways, quienes no hicieron comentarios al respecto y recordaron que las negociaciones se están manteniendo con absoluta discreción.
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