El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, abogó hoy por acometer «con prontitud reformas de las instituciones laborales» españolas que acerque la tasa de paro española «a la del resto de países más desarrollados» y que pasen por innovar en las modalidades de contratación, con el fin de «facilitar al máximo» la creación de puestos de trabajo y reducir la «acusada segmentación» del mercado laboral español.
En su intervención ante la Comisión de Presupuestos del Congreso, Fernández Ordóñez señaló que el deterioro del empelo y el aumento del paro constituyen el «problema de mayor gravedad» al que se enfrenta la economía española «y el que más dificulta la recuperación y la consolidación fiscal».
Por este motivo, advirtió de que la «viabilidad» de cualquier estrategia presupuestaria para superar la crisis depende de un «cambio rápido y profundo» en las tendencias de destrucción de empleo y cambios en el mercado laboral, que sufre la «persistencia de serias ineficiencias».
«Sin una reducción significativa del desempleo, será muy difícil revertir la trayectoria del gasto público y asegurar una recuperación sostenida de la capacidad recaudatoria de la Hacienda Pública», aseguró. En este sentido, denunció que la elevada tasa de temporalidad del empleo tiene «consecuencias altamente negativas» para la «eficiencia y equidad de la economía».
PERSISTEN LAS «SERIAS INEFICIENCIAS»
En este sentido, señaló que en el actual contexto de crisis los costes laborales «crezcan a tasas todavía elevadas», y llamó la atención sobre el hecho de que en el segundo trimestre de 2009 los salarios aumentaron un 4,6%, mientras el empleo cayó a un ritmo superior al 7% y la inflación era negativa. «Esto vuelve a revelar, una vez más, la persistencia de serias ineficiencias en el comportamiento del mercado laboral», advirtió.
El gobernador apuntó que los contratos temporales han sido los más perjudicados por la tendencia de destrucción de empelo que se inició en la segunda mitad de 2008, primero en la construcción para extenderse luego a la industria y a los servicios de mercado.
FLEXIBILIDAD DE LA NEGOCIACIÓN COLECTIVA
Fernández Ordóñez se refirió también a la reforma de la negociación colectiva para permitir que los salarios se adecuen a la situación de cada empresa, pero también para dotar a éstas de la «necesaria flexibilidad» que les permita aumentar la productividad y los salarios «allí donde sea posible».
Todo ello, a su juicio, servirá para «suavizar» el impacto de la crisis sobre el empleo, reasignar los «trabajadores excedentes» hacia sectores más productivos y aumentar la tasa de crecimiento potencial de la economía española.
Asimismo, mencionó otras reformas «que recomiendan los analistas», como la reorientación de las políticas de apoyo a los desempleados, de modo que otorgue un mayor peso a las de carácter activo como la formación o la mejora de la capacidad de intermediación de los servicios públicos de empleo.
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