Medio millar de personas, según la Policía Local, entre trabajadores, amigos y familiares de la fábrica de botellas de Jerez de la Frontera (Cádiz) protagonizaron ayer una sentada en la Plaza de Madre de Dios para protestar contra la decisión de la multinacional Saint-Globain Vicasa de cerrar la factoría que posee en esta localidad.
Ataviados con camisetas azules y con banderas en las que podía leerse «Vicasa en Jerez sí», los manifestantes recorrieron varios puntos del centro de la localidad para concluir su recorrido cerca de la rotonda del Minotauro, donde la convocatoria se desarrolló de forma «pacífica» durante más de media hora.
En declaraciones a los medios, el presidente del comité de empresa, Antonio Alba, aseguró que la protesta de ayer «es un peldaño más de la escalera que nos llevará a París», hasta donde el colectivo pretende fletar varios autobuses coincidiendo con la reunión que el Ministerio de Industria mantendrá con los directivos de la multinacional, al ubicarse allí la central, cuya fecha aún está por concretar.
Aunque el representante de los trabajadores señaló que estos planes son «costosos» y «complicados», dejó claro que «lo haremos» al considerar «una injusticia» la decisión adoptada por Vicasa para cerrar la factoría jerezana tras más de 100 años de actividad, lo que conllevaría la pérdida de más 250 puestos de trabajos, entre directos e indirectos.
Asimismo, Alba también anunció que el próximo lunes volverán a reunirse con la dirección de la empresa en Jerez, aunque admitió que «no hay muchas esperanzas» en que esta última «dé marcha atrás».
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