Reducir costes de personal genera ahorros a corto plazo, pero puede poner en peligro la capacidad de las empresas para competir cuando llegue la recuperación económica, según el estudio ‘Gestión de personas en 2020’ elaborado por PricewaterhouseCoopers (PwC).
En el estudio se explica que la recesión económica ha incrementado la prudencia de muchas empresas, llevándolas a optar por una estrategia cortoplacista de ahorro de costes, con un claro reflejo en el área de recursos humanos y, más concretamente, en la reducción de la inversión en el talento.
Así, PwC afirma que algunas de las empresas más importantes serán incapaces de atraer el mejor talento en la próxima década, ya que la congelación de salarios, el cambio de los planes de pensiones y los recortes de plantilla combinados con una comunicación «pobre» están erosionando la confianza entre empleados y empleadores. «Quienes invierten en el desarrollo de su gente disponen de una ventaja competitiva», señala el socio responsable de la consultoría de Recursos Humanos en PwC, Joan Dura.
El informe analiza también el impacto de la recesión económica en la gestión del talento y propone una serie de escenarios que emergerán después de este periodo de cambio en función de las decisiones a corto plazo que están adoptando los directores de recursos humanos.
En primer lugar, vislumbra un posible «mundo verde», en el que las compañías tienen una fuerte conciencia social y un «verde» sentido de la responsabilidad. En este escenario, se hace hincapié en las prácticas sostenibles y éticas, y se minimizan las prácticas de negocio más arriesgadas, ya que gobiernos y reguladores imponen más responsabilidad. Los empleados se comprometen con la compañía porque refleja sus propios valores, y ésta, a su vez, los valora no sólo por su eficiencia sino también por su una buena conducta empresarial.
El segundo escenario que planta PwC es el «mundo naranja», que se caracteriza por empresas fragmentadas que se apoyan en una amplia red de proveedores. La subcontratación y la globalización de la mano de obra representa un modelo en el que los empleados organizan su vida laboral en empresas independientes fuertemente conectadas a la red. Los empleados de este mundo poseen un gran conocimiento tecnológico y están conectados con otras comunidades de empleados.
Finalmente, plantea un «mundo azul» en el que la compañía es «el rey». Este escenario representa al capitalismo y las preferencias individuales imposibilitando una conciencia de responsabilidad social colectiva. Se basa en una cultura de rendimiento y eficacia que apuesta por el talento, la tecnología y el fuerte liderazgo.
Las compañías en este mundo tienen especial preocupación por contar con profesionales bien formados que operen a nivel mundial. Los empleados hacen frente a una fuerte carga de trabajo, pero al mismo tiempo gozan de una amplia gama de beneficios que facilitan su equilibrio profesional y personal.
Según PwC, en cualquiera de estos tres mundos ficticios que coexistirán en el futuro la importancia de la gestión del talento es el denominador común, de forma que las compañías tendrán que competir por obtener y retener en talento en un contexto caracterizado por trabajadores más exigentes y por un mercado global más competitivo.
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